Intervención del senador Víctor Fuentes Solís, al participar en la discusión de un dictamen que adiciona un párrafo al artículo 4 y dos párrafos al artículo 25 de la Ley de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Ciudad de México, 13 de febrero de 2024
Versión de la intervención del senador Víctor Fuentes Solís, al participar en la discusión de un dictamen que adiciona un párrafo al artículo 4 y dos párrafos al artículo 25 de la Ley de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos
Muchas gracias, presidenta.
Antes que nada, quiero reconocer a las compañeras y compañeros Senadores que se encuentran aquí cumpliendo con su trabajo, que están aquí en temas tan importantes como los que tienen que ver con los derechos humanos, como los que tienen que ver con nuestras niñas, con nuestros niños.
Y lamento mucho la inasistencia, la falta de presencia de todos aquellos que incluso ganando mucho dinero no se encuentran aquí.
Les recuerdo cuál es el salario que tienen las Senadoras y los Senadores por mes y que, por sesión, si partimos que son ocho sesiones al mes, pues más o menos ganarán hoy 15 mil pesos diarios, todos ganaremos, los que estamos aquí, alrededor de 15 mil pesos diarios por venir cuatro horas, más o menos poco más de tres mil pesos por hora como para no estar presentes en nuestras labores, dan en verdad pena ajena.
Pero quiero el día de hoy agradecer el apoyo de dos comisiones. Una de ellas presidida por mi amiga la Senadora Kenia López Rabadán y otra la Senadora Mayuli, quienes tuvieron a bien procesar este producto legislativo presentado por un servidor y que tiene como único propósito y finalidad ampliar la posibilidad de ejercer los derechos de nuestras niñas y de nuestros niños.
Vengo a esta tribuna a hablar precisamente a favor de este dictamen que reforma la Ley de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, en materia de la protección y la defensa de nuestras niñas y niños.
La situación actual de los menores, en México, es por demás preocupante, se cometen violaciones constantes y sonantes a lo largo y ancho de nuestro país.
Si bien la Constitución Política de nuestro país, en sus artículos 3 y 4 dejan claro el enorme compromiso que tenemos, como Estado mexicano, de salvaguardar sus derechos a través de valorar el principio del interés superior de la niñez garantizando así la plenitud de sus derechos, pero lo cierto es que en la realidad suceden muchas cosas distintas.
Cabe mencionar que de acuerdo con los datos contenidos en la Agenda de la Infancia y Adolescencia 2019-2024 de la Unicef, en México existen hoy en día más de 40 millones de niñas y niños, de los cuales más de la mitad se encuentra en una situación de pobreza, el 40 % de estas niñas y niños se ven obligados y forzados a abandonar las instituciones escolares, por necesidad de salir a trabajar.
Datos de la Red de Derechos de las Infancia en México señala que del 2015 al 2023 han sido triste, lamentable y cobardemente asesinadas y asesinados casi 22 mil niñas y niños. A lo anterior, se suma el grave problema del crecimiento exponencial de la explotación sexual infantil, donde tres de cada 10 niñas y niños sufren algún tipo de violencia sexual.
Como se desprende de las cifras anunciadas en México, las autoridades encargadas de garantizar los derechos de las niñas y niños no han cumplido con su función.
Por estas razones la propuesta presentada por un servidor y que hoy se dictamina de manera positiva, tiene como principal y única objetivo permitir que las denuncias o quejas puedan ser presentadas directamente por nuestras niñas y niños en forma directa, sin intermediarios, sin tutor, sin abogados, sin alguien que esté de por medio ante la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para garantizar y salvaguardar, precisamente, sus derechos.
De esta manera sus derechos estarán mejor protegidos, pues ya no habrá restricciones sobre quién pueda presentar la denuncia y/o la queja, por lo que con su acompañamiento y el voto a favor de esta importante reforma estaremos garantizando el bienestar de la niñez y su interés superior, en el camino para poner fin a todas las diversas formas de maltrato que hoy en día sufre lo más preciado, lo más sagrado que tenemos en nuestro país, que son precisamente nuestras niñas y niños en quien depositamos nuestra fe y nuestra esperanza para construir un México mejor.
Por su atención, muchas gracias.
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