Intervención en tribuna de la senadora Nadia Navarro Acevedo, para presentar proyecto de decreto por el que se reforma el artículo 37 y se adiciona el diverso 27, ambos de la Ley Agraria.
21 de febrero de 2023
Versión de la intervención en tribuna de la senadora Nadia Navarro Acevedo, para presentar proyecto de decreto por el que se reforma el artículo 37 y se adiciona el diverso 27, ambos de la Ley Agraria
Gracias, presidente.
Con su venia y la de mis compañeros.
Históricamente uno de los sectores poblacionales que se han visto afectados por las condiciones de pobreza, de injusticia y de desigualdad, es el que corresponde a las niñas y a las mujeres rurales.
Ellas constituyen una cuarta parte de la población mundial.
En México, de los 61.5 millones de mujeres que habitan en el mundo, el 23 % es de localidades rurales por mujeres.
También representan el 34 % de la fuerza laboral y son responsables de más del 50 % de la producción de alimentos en el país.
En las localidades rurales la vida diaria de las mujeres y de las niñas está fuertemente ligada al cuidado y al trabajo de la tierra.
Para las mujeres el derecho a la tierra ha sido invisibilizado por prácticas patriarcales, incluso desde la Revolución Mexicana, que tenía como uno de los ideales el de proteger el derecho a la tierra únicamente viendo este derecho hacia los varones.
La ley ha continuado limitando a las mujeres, incluso en situaciones tan cotidianas como el derecho a heredar, pues hasta hace poco tuvo que ser reconocido este derecho que antes la Ley Agraria sólo otorgaba a los hijos varones.
A esto, se suma los numerosos casos en los que los hombres emigran para un mejor porvenir y que lamentablemente se deja a las mujeres y a las niñas en el trabajo a la tierra sin certeza jurídica.
En México las cifras son muestra clara de esta realidad social, pues de acuerdo con datos del Registro Agrario Nacional, del padrón de 4.9 millones de personas que poseen núcleos agrarios en todo el país, solamente o más bien, más de 3.6 millones son de hombre, reduciendo visiblemente este derecho a las mujeres.
Para una mujer el derecho a la tierra va mucho más allá de la certeza jurídica, este derecho les garantiza poder acceder a programas públicos, pero también a créditos que ayudan y abonan en la economía familiar.
Por ello, presento esta iniciativa que es producto de un foro que se realizó en el estado de Puebla de plática y de coincidencia en favor de las mujeres rurales.
Esta iniciativa tiene por objeto adicionar y reformar la Ley Agraria a partir de dos ejes:
El primero, garantizar la tenencia de la tierra para las mujeres y, el segundo, garantizar la participación de las mujeres en órganos de toma de decisión.
El primero es establecer que las resoluciones que emitan las asambleas ejidales se deben de tomar con perspectiva de género, además de incluir un lenguaje incluyente para establecer explícitamente que las posiciones ejidatarias e hijas tienen también derecho a la asignación de las tierras de uso común.
Se establece también como atribución de la Procuraduría Agraria exhortar a los órganos ejidales a efecto de que sus resoluciones se emitan con perspectiva de género; pero, sobre todo, el segundo eje va en el sentido de garantizar la participación a las mujeres en los órganos de toma de decisión.
Es decir, se adiciona el artículo 37 de la Ley Agraria a fin de fortalecer los mecanismos de elección de sus miembros para que cuando haya un empate se privilegie el género minoritario; pero además de eso se dé privilegio también a la participación en la alternancia de los géneros.
Se faculta también a la Procuraduría Agraria para vigilar que se haga efectiva la integración de no más del 60 % de personas de un mismo género.
Créanme que al reformar la ley y al darle certeza a las mujeres en este derecho esencial, que es el derecho a la propiedad, estamos visibilizando no sólo su participación, sino que, además, estamos tocando la vida de muchas mujeres que hoy no tienen certeza jurídica en la posesión de sus tierras.
Pero, además, estamos visibilizando en esos órganos, que son los comisariados ejidales, la participación efectiva de las mujeres en la toma de decisión.
Es cuanto, presidente.
Muchas gracias.
ooOoo