Intervención de la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz, al participar en la discusión de un dictamen de las comisiones unidas de Cultura y de Estudios Legislativos Segunda, por el que se declara el 7 de marzo de cada año, como el “Día Nacional del Huipil”.
Versión de la intervención de la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz, al participar en la discusión de un dictamen de las comisiones unidas de Cultura y de Estudios Legislativos Segunda, por el que se declara el 7 de marzo de cada año como el “Día Nacional del Huipil”
Muchas gracias.
Estamos discutiendo cuatro dictámenes de cultura, yo me voy a referir al anterior, que es declarar el Día del Huipil el 7 de marzo.
Desde siempre, desde que el tiempo se contaba por veintenas, la mujer indígena ha dedicado horas para bordar, coser, tejer, deshilar, con técnicas milenarias aprendidas de abuelas a nietas y de madres a hijas, y así hasta nuestros días.
Códices y murales prehispánicos dan cuenta del uso del huipil desde entonces, su historia es la muestra más importante de la sabiduría ancestral, que pasa de una generación a otra. El huipil preserva la identidad y los pueblos indígenas a través de él, es una de las expresiones de la enorme diversidad y riqueza cultural de nuestros pueblos indígenas.
De acuerdo con la tradición, el huipil acompañará a la niña y mujer como una segunda piel durante toda su vida, al momento de nacer su madre o su abuela le entrega su primer huipil, que en su creación han tejido y bordado las esperanzas y anhelos para el futuro de la niña.
Más tarde, una vez aprendida la técnica ancestral, esta niña creará su propio huipil y en él contará con hilos de colores, formas y figuras sus expectativas y sueños. En el siguiente huipil porta lo que ya ha logrado, pero también es símbolo de la identidad de su pueblo o comunidad. De ahí la belleza y diversidad del textil.
Tendrá un huipil más para su boda y uno último para su entierro. Flores, grecas, animales, se reproducen y multiplican en las tramas hiladas sobre la lana o algodón, en el telar con hilo contado o punto de cruz. En los huipiles mayas brocados bordados y tejidos son la urdimbre de un saber hermoso, colectivo y comunitario.
En días recientes hemos alcanzado importantes logros en defensa del patrimonio cultural de los pueblos y comunidades indígenas, y afromexicanas. Sin duda los textiles son el objetivo más generalizado de apropiación por parte de personas ajenas a las comunidades y es un avance saber que ya hay un instrumento legal para proteger el conocimiento.
No obstante, también celebro que artistas indígenas establezcan alianzas positivas de quienes han aprendido nuevas técnicas para modificar diseños y materiales.
Avanzamos otro paso en la defensa de las culturas y entidad indígena con esta iniciativa para establecer los días 7 de marzo de cada año para homenajear la prenda más hermosa de la indumentaria de la mujer indígena.
Ese huipil que engalana en las ocasiones más festivas y en la vida cotidiana nos envuelve y abraza en los días de alegría, dolor, tristeza y nos amortaja para el tránsito final.
Muchas gracias.
Y quiero decirles que el huipil que hoy traigo es un huipil de Xalapa de Díaz, de la región mazateca, que está bordado en tela de telar de cintura y es un trabajo extraordinario.
Ojalá muchas más mujeres porten el tradicional traje mexicano.
Muchas gracias.
ooOoo