Versión de la intervención de la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz, al participar en la discusión de un dictamen de las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos Segunda, por el que se reforman los artículos 5, 17 y 21 de la Constitución
Muchas gracias, presidenta.
Cuando me invitaron a ser Senadora me costaba un poco de trabajo pensar en legislar, cuando toda mi vida había sido ejecutora, me gustaba más el trabajo de calle, el hacer cosas, el ver obras, pero la experiencia de haber sido funcionaria federal y después jefa delegacional te permite visualizar problemas y te das cuenta de que aportar ese conocimiento y esa experiencia en una reforma del tamaño de esta reforma bien vale la pena.
Yo estoy convencida que si no ordenas la calle no hay manera de ordenar el país. Ordenar el espacio público es el paso inicial para una convivencia comunitaria, seguir reglas mínimas para asegurar la armonía, el respeto hacia los demás para garantizar las relaciones e incluso para evitar faltas cívicas, así como acciones violatorias de la integridad física y emocional de otras personas.
Simples reglas de convivencia y respeto mediante pequeñas acciones, aunque simples y básicas es muy frecuente que la vía pública sea escenario de la falta de una cultura cívica.
Tirar basura en las calles pareciera algo cotidiano. Como jefa delegacional me encontré montones de basura que tenían lustros, que se habían hecho costumbre. Recuerdo perfectamente esconderme en las noches para empezar a cachar a los vecinos que tenían la costumbre y eran camiones ya de cascajo, eran colchones, era todo tipo de muebles que se tiraban en la vía pública y que se convertían en un verdadero foco de delincuencia.
Se tuvo que hacer estrategias como comprar 54 camiones de basura, porque la gente decía “pues sí, no quieres que tire la basura, pero no pasa el camión de la basura” y entonces fue hacer toda una estrategia para que hubiera un camión en la mañana y un camión en la noche, porque mucha gente salía a trabajar muy temprano, llegaba muy tarde y ya había pasado la basura. Entonces, tú le reclamabas a los vecinos, pero ellos te decían “pues que a la hora que yo estoy no pasa el camión de la basura”.
Entonces, hicimos un horario nocturno, de 11:00 de la noche, para aquellos vecinos que trabajaban y pudiéramos acabar con estos tiraderos clandestinos, como era el Mercado de Argentina en la delegación Miguel Hidalgo.
No recoger las heces fecales es otra falta tremenda en la ciudad, a los vecinos les molesta que otro vecino vaya, saque a su perro y lo deje en ese lugar.
Algo tan simple como apartar las calles, la gente piensa que la banqueta es suya y la calle es suya porque está enfrente de su casa. Como vecina, me tocó que cada vecino tenía un burrito, lo ponía, llegaba y lo quitaba, pero si algún vecino lo quitaba llegaba a haber confrontaciones terribles.
Los piropos parecerían inofensivos, pero hay piropos realmente violentos. A mi hijo le tocó presenciar, con sus amigos, una escena en España, cuando estaba en intercambio académico, de cuatro amigos violentar realmente a una mujer y ser acusados ante la autoridad, y acabar 36 horas arrestado. Él pensaba que era una exageración y yo dije “no, si a una mujer le molesta que le digas cosas, tiene todo el derecho de quejarse ante la autoridad”.
La violencia a golpes que no llega a ser penal pero que es más común de lo que se imaginan.
El consumo de alcohol en la vía pública. Trabajar para quitar todos estos puestos de micheladas clandestinos, que después de cuatro o cinco horas de beber en la vía pública acababan en homicidios algunas veces. ¿Por qué? porque al calor de las copas se molestaban, a veces se sacaban la pistola, otras veces un cuchillo.
Eso es lo que buscamos, que sea una iniciativa donde podamos poner sanciones administrativas, ya lo dijo Damián, que puedan ser trabajo comunitario. Yo recuerdo como delegada haberle pedido a una persona que recogiera todo el montón de basura y fui denunciada en la Comisión de Derechos Humanos porque yo no tenía facultades para hacer esa instrucción y eso le tocaba a un Juez civil, pero a mí se me hizo muy fácil decirle al vecino “pues, a ver, ya no te llevo a Juez cívico, pero recoge toda la basura”.
Bueno, todo eso lo vamos a resolver en la ley general.
Esto para mí era muy común, porque en mi comunidad indígena cuando el Juez te mandaba la vara ya sabías que se trataba de que alguien se había quejado y no se levantaban las personas hasta que llegaban a un acuerdo, un acuerdo reparatorio, un acuerdo de convivencia.
En eso está basada la justicia. Yo sí creo en esta manera de construir un México menos violento si somos capaces de ordenar las calles, los alcaldes, los gobiernos estatales y dejarle a la otra justicia los verdaderos delitos, que son de mucha gravedad.
Gracias, Damián. Esta iniciativa es, Damián no lo dijo, pero Damián, con su servidora, la presentamos de manera conjunta. Yo tenía esta idea desde que terminé de ser jefa delegacional, porque después de intentarlo con el Periscope nos dimos cuenta de que hacía falta una legislación en esta materia.
Gracias.
ooOoo