- Durante la presentación de libro “Las vidas que no contaron”, la Doctora Laurie Ann afirmó que las autoridades generaron la pérdida innecesaria de 750 mil vidas
- El Doctor Cossío mencionó que las omisiones ocurridas en la pandemia podrán ser sujetas a responsabilidades civiles, penales y hasta políticas
- Salomón Chertorivski señaló que el gobierno no corrigió la ruta en la pandemia pese a los datos y evidencias que demostraban el erróneo camino para combatirla
La pandemia provocada por el Covid- 19 evidenció las terribles deficiencias que existen en el sistema de salud en México, así como las malas decisiones y la tardía implementación de políticas públicas por parte de las autoridades federales en la materia, afirmó la senadora Kenia López Rabadán.
Durante la presentación del libro “Las vidas que no contaron”, de la Dra. Laurie Ann Ximénez-Fyvie, en el Senado de la República, indicó que, pese a lo crítico de la situación, no se replanteó la estrategia por parte de las autoridades, las cuales sólo se limitaron a repetir los errores cometidos.
“Como se expone en esta invaluable obra, la pérdida de vidas humanas es un daño irreparable, se truncan sueños y aspiraciones, dejan un vacío en sus círculos cercanos y, como sociedad, nos trastoca en la vulnerabilidad al colectivo”, aseguró.
Consideró que dos de los principales responsables en el sistema de salud, “el secretario Alcocer y el subsecretario López-Gatell, nunca reconocieron sus errores”.
“Cuando desde la tribuna del Palacio Nacional se dijo que había que abrazarnos, que el cubrebocas no servía, o que no robar y no mentir evitaba el contagio de la enfermedad, se realizaron actos criminales contra las y los mexicanos”, consideró la senadora López Rabadán.
Además de la autora, a la presentación acudieron el doctor José Ramón Cossío Díaz; el exsecretario de Salud y actual diputado federal, Salomón Chertorivsky Woldenberg y como moderador, Jesús Martín Mendoza.
En su turno, la Doctora Laurie Ann afirmó que las autoridades generaron la pérdida innecesaria de 750 mil vidas, muertes que eran prevenibles.
Además, dijo, México fue el país número uno en muertes de profesionales de la salud y el segundo en dejar en orfandad a miles de niños, sólo después de la India.
En ese sentido, la autora del libro aseveró: «fallamos como humanidad».
Por su parte, el Doctor Cossío mencionó que las omisiones ocurridas en la pandemia podrán ser sujetas a responsabilidades civiles, penales y hasta políticas.
Este libro es un testimonio de lo que se hizo bien y se hizo mal, resaltó.
“Además de los problemas morales que los ocultó la política, de los administrativos, hay problemas jurídicos que son muy importantes que hay que considerar: los problemas de la pésima caracterización que se tuvo del fenómeno; la bajísima calidad de las respuestas jurídicas que se dieron, la incapacidad de entender lo que estaba enfrente”, indicó Cossío Díaz.
Por su parte, Salomón Chertorivski lamentó que en México se normalizó la muerte y agregó que el gobierno no corrigió la ruta en la pandemia pese a los datos y evidencias que demostraban el erróneo camino para combatirla.
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Comunicado de la oficina de la senadora Kenia López Rabadán
Intervención de la senadora Kenia López Rabadán durante la presentación del libro “Las vidas que no contaron”, de la doctora Laurie Ann Ximénez Fyvie.
Versión de la intervención de la senadora Kenia López Rabadán, durante la presentación del libro “Las vidas que no contaron”, de la doctora Laurie Ann Ximénez Fyvie
Muchísimas gracias. Muchas gracias, Jesús Martín, cuando supe que estaríamos acompañándonos como moderador en esta mañana me dio mucho gusto porque es muy grato tener, sin lugar a dudas una posición objetiva.
Aquí en el Senado, donde tanto se debate, y lastimosamente en muchas ocasiones tanto se ideologiza.
Yo quiero decirles que es un privilegio para todos escuchar al ministro Cossío. Y lo digo no solamente por esta mañana, sino por su comunicación asertiva, inteligente, objetiva, jurídica.
Doctor, este Senado de la República se viste de inteligencia que tanto necesita, por cierto, este Senado, con usted esta mañana. Muchas gracias por su presencia.
A mi amigo Salomón, a quien le debemos muy buenos debates ahora en la Cámara de Diputados en este espacio legislativo y quien además en términos de salud también está nación le ha reconocido su trabajo. Muchas gracias, Salomón por esta pluralidad de la mesa y por la posibilidad justo de que todos podamos hablar de quien hoy nos convoca, que es la Doctora Laurie Ann Ximénez-Fyvie.
Déjenme decirles que la primera vez que vi a la Doctora Laurie Ann fue a través de un zoom, la primera vez. En un debate y me llamó la atención la lucidez de comunicar de la Doctora Laurie Ann.
Y la vida nos ha llevado a acercarnos, formamos parte de un colectivo feminista, formamos parte de algunos espacios de discusión, incluso estamos en algunas ocasiones a veces en algunos programas juntas.
Y yo cuando vi que estaba ya publicado las vidas que no contaron le escribí en su personal y le dije: Laurie Ann, este libro hay que presentarlo en el Senado de la República. Y todo llega y ha llegado este día.
Y quiero decirles que esta invitación a ustedes, muchas gracias a quienes nos acompañan, muchas gracias a quienes se han tomado el tiempo para venir a esta invitación a ustedes, y en las redes sociales y en los medios de comunicación, esta invitación es porque este tema se hace necesario, se hace necesario reconocer qué se hizo bien, pero lastimosamente qué se hizo mal en esta pandemia, en este gobierno.
Estamos aquí para hablar de un texto que aborda y presenta desde un punto de vista sí científico, pero también, como se ha dicho aquí, humano, la gran tragedia que ha representado para nuestro país la pandemia provocada por el SARS-CoV-2.
Esta obra analiza de manera objetiva y crítica las decisiones y la tardía implementación de políticas públicas por parte de las autoridades mexicanas.
La pandemia registró oficialmente el primer caso positivo en nuestro país en febrero de 2020, sin embargo, éste sería el primero de los más de 6 millones de casos que oficialmente se han reconocido por el gobierno, 6 millones de mexicanos han estado contagiados.
Como se expone en esta invaluable obra, la pérdida de vidas humanas es un daño irreparable, se truncan sueños, se truncan aspiraciones, dejan un vacío en sus círculos cercanos y, como sociedad, se trastoca en la vulnerabilidad al colectivo.
Cito a la doctora, y soy la tercera que cita esta frase, pero es absolutamente ejemplificadora del libro, dice la doctora: cada vida perdida es un pequeño universo que se quiebra.
La pandemia evidenció las diferencias del sistema de salud en nuestro país; no obstante, y a pesar de la experiencia forzada que nos dejó la primera ola de contagios en nuestro país, no se replanteó la estrategia, como el (inaudible) efectivamente; quienes tenían la posibilidad de hacer una nueva estrategia, simple y sencillamente se limitaron a repetir los errores cometidos.
Desde el gobierno, la pandemia se manejó de manera ideológica, pensaron en la rentabilidad política de las vacunas y no en la vida de los mexicanos; hicieron oídos sordos a los especialistas, justo como la doctora, que argumentaba y el gobierno no escuchaba.
Muchos especialistas se cansaron de advertir que las políticas de prevención que se estaban implementando no funcionaban y resultarían, a corto y mediano plazo, insuficientes.
Mientras en otras naciones se implementaban medidas serias y tajantes de contención, en México se decidió minimizar los efectos de esta enfermedad.
Incluso, antes de que llegara a nuestro país desaprovecharon ese tiempo para poder construir una buena política pública.
Basta recordar simplemente la tardía convocatoria al Consejo de Salubridad General, como bien lo ha mencionado el doctor Cosío.
Dos de los principales responsables del manejo de la salud en nuestro país, el secretario Alcocer y el subsecretario López Gatell, nunca reconocieron sus errores. Se dejaron llevar por la política y la ideología, por encima de la evidencia médica. Fue vergonzoso escucharlos repetir una y otra vez, y abro comillas, “ya se había domado la pandemia”.
Abro comillas: “ya se estaba aplanando la curva”. Abro comillas: “no existía evidencia para recomendar el uso de cubrebocas”. La peor, abro comillas: “que la fuerza del presidente era moral y no de contagio”.
Como autoridades en el país, lo que se declara desde la responsabilidad del servicio público impacta en los mexicanos y repercute, lamentablemente, en lo que la gente piense, porque confía en sus autoridades.
Cuando desde la tribuna del Palacio se dijo que había que abrazarnos, que el cubrebocas no servía o que no robar y no mentir evitaban el contagio de la enfermedad; se realizaron con estas afirmaciones actos criminales contra los mexicanos.
En contra parte, la OMS llamaba a realizar pruebas para la detección temprana y oportuna del virus, así como promover el distanciamiento social y el uso del cubrebocas.
Es evidente que el gobierno mexicano fracasó en el combate a la pandemia, callaron ante las prioridades políticas del presidente y esto permeó lastimosamente en todo el gobierno.
La falta de políticas públicas para atender la emergencia sanitaria trajo dolor a las familias mexicanas.
Han dado aquí la cifra de 700 mil muertes, sirva, sirva este foro doctora, sirva tu libro, sirva este esfuerzo para reconocer la vida de esas más de 700 mil personas que se han ido.
En nuestra comisión, la Comisión de Derechos Humanos, Emanuel, un joven abogado perdió la vida aquí en el Senado por Covid; en mi familia, mi sobrino de 33 años falleció por Covid, mi hermano estuvo intubado.
Cuando yo vi ese libro doctora, sabía que se hace necesario para todas las familias de todo México, decirles que esta es una gran oportunidad de sí contar en número a sus familiares, de sí contar ética y moralmente a sus familiares y por eso estamos hoy aquí haciendo este ejercicio.
Quiero concluir diciéndole a todo el servicio de salud: muchas gracias, porque hoy la doctora aquí en el Senado de la República, en la Cámara alta de este país representa a todas esas mujeres, a esos hombres, a esos doctores, a esos enfermeros, a esos camilleros que arriesgaron su vida para salvar a otro mexicano.
Doctora, esta es tu casa, este espacio siempre estará abierto para decir la verdad; siempre estará abierto para recibir a los mexicanos que creemos que hay mejores formas de hacer gobierno.
Muchísimas gracias.
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