Intervención del senador José Alfredo Botello Montes, al participar en la discusión de un dictamen de las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos Segunda, por el que se reforman los artículos 30 y 34 de la Constitución.
11 de marzo de 2021
Versión de la intervención del senador José Alfredo Botello Montes, al participar en la discusión de un dictamen de las comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos Segunda, por el que se reforman los artículos 30 y 34 de la Constitución
Con el permiso de la Presidencia.
Compañeras y compañeros Senadores.
La reforma que se pretende aprobar tiene la pretensión de incorporar al texto constitucional el denominado lenguaje incluyente, término en el que no estoy de acuerdo, además, tras de esta denominación hay una corriente ideológica con la que tampoco coincido.
Por el lado de la gramática, la Real Academia de la Lengua Española ha realizado estudios que determinaron establecer la improcedencia de adoptar el lenguaje incluyente, porque la gramática no tiene intención discriminatoria alguna.
La Real Academia añadió que el masculino gramatical funciona en nuestra lengua como término inclusivo para aludir a colectivos mixtos o en contextos genéricos o inespecíficos.
En Francia, cuna del liberalismo, un grupo representativo de Diputados de la Asamblea Nacional Francesa ha presentado incluso una iniciativa que tiene la finalidad de prohibir el uso del lenguaje inclusivo en los documentos administrativos, porque argumentan que ese tipo de escritura es tan ilegible como discriminatoria y es ortográficamente complicada.
Por lo que respecta al tema, se pretende cambiar la expresión de mujer o varón por personas en este dictamen. En el dictamen solamente se sustenta esta decisión argumentando que es necesario ampliar un lenguaje incluyente desde el texto constitucional que evite prácticas discriminatorias por cuestión de género.
En otras partes del dictamen se añade que se incorpore el concepto de personas con finalidad de emplear un lenguaje incluyente y no sexista acorde con los nuevos documentos y protocolos internacionales en la materia.
Considero que el cambio de términos que se proponen en el dictamen tiene otra finalidad, porque si en realidad solamente se pretendiera impulsar el uso del lenguaje incluyente se tendrían que reformar la gran mayoría de los artículos de la Constitución y de la legislación federal.
Me parece que utilizar la palabra mujer y hombre de ninguna manera implica usar un lenguaje discriminatorio o sexista. En el dictamen se cita en múltiples ocasiones a la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer para sustentar su argumentación.
Dicha Convención utiliza expresamente las palabras mujer y hombre, no persona, por lo que considero que para armonizar la propuesta del dictamen con lo establecido en la Convención se deben utilizar ambos sustantivos si se desaparece la palabra mujer del texto constitucional, eso, amigas Senadoras, sí sería discriminatorio. Estamos a unos cuantos días de haber conmemorado a la mujer y parece ser que el término de mujer lo queremos desaparecer de nuestro texto constitucional.
Por todo lo anterior expuesto votaría en contra, porque estoy convencido que la mujer será objeto de discriminación al eliminar su referencia expresa en el texto constitucional.
Estaría de acuerdo desde luego en la iniciativa de origen que presentó el Senador Martí Batres cuando propone a esta Asamblea que las mujeres y hombres extranjeros que contraigan matrimonio con mujeres y hombres mexicanos que tengan o establezcan su domicilio dentro del territorio nacional y cumplan con los demás requisitos que al efecto señala la ley en el artículo 34, que son ciudadanos de la República las mujeres y hombres que teniendo la calidad de mexicanos reúnan, además, los siguientes requisitos.
Considero que estamos discriminando a la mujer, considero estamos retirándola de manera expresa de nuestro texto constitucional y, por ello, mi voto será en contra.
Muchas gracias.
ooOoo