El senador Raymundo Bolaños Azócar aseguró que no acompañarán una reforma a la Ley Aduanera, que sólo maquilla los problemas de corrupción sin combatirlos de raíz.
El legislador señaló que Acción Nacional está a favor de una reforma aduanera real y profunda, que combata la subvaluación, el contrabando y la corrupción que impera en el sistema, pero no de una que excluye la responsabilidad de los funcionarios públicos involucrados.
Bolaños Azócar denunció que el proyecto culpa a los agentes aduanales mientras exculpa a los servidores públicos, a pesar de que éstos son quienes avalan y protegen los actos de corrupción dentro de las aduanas, lo que ha derivado en pérdidas estimadas en más de 200 mil millones de pesos al año por el llamado huachicol fiscal.
“El país requiere certidumbre fiscal en materia de comercio exterior para cerrar la puerta a los escandalosos casos de corrupción que están ocurriendo en el morenato”, afirmó.
El senador reconoció algunos aspectos positivos del dictamen, como la modernización digital de las aduanas, la profesionalización de los agentes aduanales y la creación del Consejo Aduanero, aunque advirtió que su composición excluye a la Secretaría de Economía y a expertos independientes, quedando concentrada en la autoridad fiscal.
Asimismo, cuestionó que la reforma mantenga la intervención militar en las aduanas y viole el principio de presunción de inocencia, al suspender patentes por el simple hecho de existir una investigación sin sentencia.
“Una vez más, como ha pasado con cada acción, el que la corrupción se combate como se barren las escaleras, de arriba para abajo, se convirtió en un dicho más del anecdotario de los abrazos”, concluyó.
**00**
Intervención del senador Raymundo Bolaños Azócar para fijar posicionamiento del dictamen con proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley Aduanera.
Ciudad de México, 14 de octubre de 2025.
Intervención del senador Raymundo Bolaños Azócar para fijar posicionamiento del dictamen con proyecto de decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones de la Ley Aduanera.
Con su permiso, presidenta. Mientras cada ley que presente el oficialismo sea para dañar, sea para espiar o sea para aplastar los derechos ciudadanos y sus garantías fundamentales, no, definitivamente no contarán con el aval ni el acompañamiento de Acción Nacional.
Estamos en total acuerdo con impulsar una reforma aduanera, pero una real y profunda. Una reforma que corrija de fondo la capacidad y protección a la corrupción que existe en el funcionamiento de las aduanas, que definitivamente no es la que hoy está a consideración de este pleno.
Una reforma que sí, que combata la subvaluación, que combata el contrabando, pero que también combata la protección de funcionarios que ha permitido el robo del siglo, el huachicol fiscal.
Esta evasión, este desfalco al erario implica la corresponsabilidad tripartita del funcionamiento de las aduanas, empresas, agentes aduanales y principalmente servidores públicos del más alto nivel. Son ellos quienes permiten, quienes avalan y protegen la existencia del pozo sin fondo de corrupción.
Ya no hay espacio para la simulación ni paciencia para sus engaños. La impunidad persiste en México, se refleja en los más de 200 mil millones de pesos al año que se escapan por el huachicoleo fiscal.
Y esta reforma es una muestra más de la manera en que se ha instituido al amparo del poder.
La reforma no toca ni con el pétalo de una rosa, las acciones de los servidores públicos, no se endurecen sanciones, no hay nuevas acciones de control, no hay auditorías independientes, no hay elementos preventivos y tampoco hay acciones correctivas de fortaleza.
El morenato ha decidido por decreto de ley culpar de la corrupción a los agentes aduanales y a la par exculpar a los funcionarios públicos, que son los verdaderos responsables de avalar lo que en cada una de las jurisdicciones sucede.
Es cierto que los cargamentos llenos, que se declaran por cantidades ridículas sí tienen un responsable competente, pero también tienen un responsable con nombramiento del Estado mexicano y la reforma que presentan no mueve una sola coma contra ellos.
El país requiere sin excusas certidumbre fiscal, en particular en materia de comercio exterior para cerrar la puerta a los escandalosos casos de corrupción que están ocurriendo en el morenato.
Reconocemos algunos elementos positivos sobre este dictamen. Coincidimos en la modernización digital de las aduanas. Estamos de acuerdo en cerrar la puerta a los abusos relacionados con la importación temporal.
También reconocemos el esfuerzo por la profesionalización de los agentes aduanales, específicamente la eliminación del carácter vitalicio o hereditario de las patentes.
Consideramos que la creación del Consejo Aduanero favorece el orden y legalidad en el otorgamiento de revocaciones de patentes.
No obstante, advertimos que su composición está excesivamente concentrada en la autoridad fiscal, dejando fuera la Secretaría de Economía y expertos independientes de la materia.
Sin embargo, no podemos acompañar una reforma que lejos de combatir el problema de raíz únicamente lo maquille.
Y generan los agentes aduanales un chivo expiatorio al real problema de corrupción al amparo del poder.
La propuesta deja intacta la maquinaria con la que están saqueando las finanzas públicas y siendo cómplices del huachicol fiscal. Endurecen las reglas para empresarios, agentes aduanales, pero dejan intactas las redes de corrupción gubernamental.
Persiste la total intervención militar de las aduanas, la generada por decreto desde el año 2021. Se trata a los agentes aduanales como si fueran servidores públicos, exigiéndoles hasta una declaración de evaluación patrimonial, pero persisten responsables militares a quienes por esa condición no se les exige lo mismo.
Y además, la suspensión de patente por la sola existencia de una investigación por delito grave viola el principio de presunción de inocencia, pues impide el ejercicio de una función asignada sin que medie sentencia alguna de culpabilidad.
En síntesis, con esta reforma, la delincuencia organizada seguirá encontrando resquicios para operar coludida con servidores públicos, que en el morenato no se dan muestras de perseguir de forma real.
Una vez más, como ha pasado con cada acción, el que la corrupción se combate como se barren las escaleras, de arriba para abajo, se convirtió en un dicho más del anecdotario de los abrazos.
En materia aduanal, con esta reforma, se aplaude a los funcionarios públicos y se persigue a los auxiliares y empresarios.
En conclusión, y concluyo, votaremos en contra de esta reforma porque sin controles de funcionarios, las aduanas seguirán siendo un centro de negocios para los amigos de la cuarta transformación, porque va de combatir el problema real de las aduanas, que es que los funcionarios protejan el desfalco que ocasiona el huachicol fiscal.
Es cuanto, presidente.
**00**
