Intervención de la senadora Gina Gerardina Campuzano González, al presentar una iniciativa que reforma los artículos 28 y 29 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
22 de octubre de 2024
Versión de la intervención de la senadora Gina Gerardina Campuzano González, al presentar una iniciativa que reforma los artículos 28 y 29 de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia
Con su permiso, presidenta.
Hoy nos reunimos no sólo para legislar, sino para dar voz a quienes ya no pueden hablar, para recordar a quienes fueron silenciadas por la violencia de género que día a día cobra la vida de tantas mujeres niñas y niños.
No hablamos de números o estadísticas, hablamos de personas, de vidas, de sueños rotos por un sistema que no actúo a tiempo.
En México, más de 900 feminicidios fueron reportados en 2023.
Y en los últimos cinco años, más de cuatro mil mujeres y niñas han sido asesinadas.
Muchas de las víctimas habían denunciado previamente a sus agresores, pero no recibieron la protección adecuada lo que evidencia la urgencia de reformar el marco legal para prevenir futuras tragedias.
Hablamos de Ingrid Escamilla, quien pidió ayuda en 2019. Su caso quedó archivado y meses después fue brutalmente asesinada. Su imagen, despojada de toda dignidad, recorrió medios y redes sociales, impactando a un país entero.
Pero no era su imagen la que debía de conmocionarnos, sino el silencio que recibió cuando pidió ayuda.
Hablamos de Abril Pérez Sagaón quien denunció a su agresor, su exesposo después de un intento de feminicidio. Sin embargo, la justicia no escuchó y su agresor fue liberado sólo para que meses después él le arrebatara la vida.
Abril ya no está aquí para contarlo, pero su lucha no debe de ser olvidada.
Recordamos a Luz Raquel Padilla quien fue brutalmente atacada en fuego en Jalisco. Luz ya había denunciado amenazas de muerte.
Las autoridades no actuaron y Luz murió días después de haber sido quemada viva.
Cómo es posible que alguien que pide ayuda se vea consumida por el olvido y la indiferencia.
Madelaine Martínez, una niña de apenas dos años, víctima del maltrato infantil. Su abuela pidió auxilio, pero nadie la escuchó. Nadie intervino a tiempo.
Madelaine fue asesinada por su propia madre y su padrastro.
Fallamos como sociedad cuando dejamos que una niña inocente muera en medio de la violencia.
Lorena Escobar, estudiante de la UNAM, quien denunció amenazas de su exnovio. Pero estas amenazas no se tomaron en serio y fue asesinada a tiros, ignoraron sus denuncias.
Fátima, una niña de siete años, que desde los dos años vivió el maltrato. El DIF tenía conocimiento de ello, pero no actuó. Fátima fue secuestrada y asesinada, convirtiéndose en un símbolo de la niñez desprotegida.
Cada uno de estos nombres es una herida abierta en nuestra sociedad, una herida que no cerrará con el tiempo, sino con acción, con reformas que garanticen que ninguna otra mujer o niña sea víctima de la indiferencia.
Aquí, necesitamos un gobierno que verdaderamente escuche y atienda a las mujeres, no un gobierno que ponga vallas en Palacio Nacional, un gobierno donde todas seamos visibles, un gobierno en donde a una madre buscadora no le digan que deje la pala en la puerta de Palacio Nacional.
Necesitamos un México donde las estadísticas no nos vuelvan a desaparecer. Y, además, nos borran de las listas de desaparecidas por decreto.
Necesitamos un país donde no existan otros datos. Necesitamos que bajo el manto de una Presidenta con “a”, realmente nos dé las garantías a las mujeres que no hemos podido obtener.
Sí queremos ser visibles para caminar por las calles tranquilamente y no importa cómo vayamos vestidas.
Sí queremos ser visibles para ser ejemplo para nuestras hijas e hijos.
Sí queremos ser visibles para vivir libremente.
Sí queremos ser visibles para este gobierno dirigido por una Presidenta con “a” y que demuestre que llegamos todas.
Que la memoria de Ingrid, Abril, Luz, Madeleine, Lorena, Fátima, y muchas más, sea el impulso para construir un México más seguro y más justo para todas.
Es cuanto, presidenta.
Muchas gracias.
ooOoo