Intervención del senador Ricardo Anaya Cortés, en la reunión de comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos, durante la discusión del dictamen en materia de pueblos y comunidades indígenas y afromexicanos.
23 de septiembre de 2024
Versión de la intervención del senador Ricardo Anaya Cortés, en la reunión de comisiones unidas de Puntos Constitucionales y de Estudios Legislativos, durante la discusión del dictamen en materia de pueblos y comunidades indígenas y afromexicanos
Rogar tolerancia porque hemos acordado ya no presentar reservas en beneficio del ánimo en esta comisión y de llevarlas al pleno. Con el permiso de las presidentas, les agradezco muchísimo.
Yo, igual que aquí lo ha expresado Luis Alfonso, me siento contento, emocionado, animado como dice el compañero Huerta, aunque ya se fue.
Por supuesto que nuestro voto va a ser a favor de la reforma, pero yo no quiero dejar de hacer una reflexión en clave de crítica, pero ciertamente de crítica constructiva a lo que hoy estamos votando y que seguramente estaremos por aprobar.
Como seguramente muchas y muchos de ustedes, estoy convencido de que la igualdad de oportunidades no es suficiente. Hay temas en particular como este en donde necesitamos hablar de igualdad sustantiva. Y no estoy planteando una postura de corte ideológico, estoy tratando de hacer un razonamiento con base científica a partir de evidencia académica y me refiero en específico a un trabajo muy interesante de un grupo de académicos encabezados por Meshed.
El título del documento, y que además me parece que es muy pertinente para la discusión que estamos teniendo es fuerte. El título del documento es “¿Cómo un título universitario lleva a la acumulación de riqueza para los blancos, pero no para los afroamericanos?”
Aunque se refiere a una realidad en Estados Unidos, me parece que es perfectamente aplicable a lo que ocurre en nuestro país. En síntesis, lo que Meshed y otros demuestran en este documento académico es cómo dos jóvenes, uno blanco, uno negro, ambos en la misma facultad de medicina, ambos primer lugar de su generación, una vez que egresan se enfrentan a una realidad diametralmente diferente.
Porque en el caso del afroamericano, si tiene 45 años, no en la edad media, sino cuando sus padres eran niños la mamá y el papá no podían ir a una universidad donde estudiaban los blancos. La mamá y el papá no se podían subir a un camión en donde solamente podían viajar los blancos.
Esa es la realidad de una persona de hoy de 45 años respecto de sus padres. Sus abuelos obviamente no estudiaron, porque son hijos de esclavos, y sus bisabuelos son de una generación de esclavos que trabajaron en las plantaciones.
Entonces, cuando ese joven recibe su primer cheque es el primer profesionista de la familia y es el responsable de pagar las medicinas de los papás, es el responsable… Compañeros, ¿nos darán chance?
Es el responsable de pagar la fianza del hermano que ya se metió en un problema y, en cambio, el egresado con el mismo promedio de la misma facultad, pero blanco, se encuentra con una realidad muy distinta, en donde el abuelo ya era un médico prestigiado, el papá no solamente médico, sino ya dueño de la clínica, socio del tío que también es médico.
Y, por eso, en síntesis, lo que la evidencia demuestra es que no basta con la igualdad de oportunidades, por romántico que sea el planteamiento. Hace falta, en muchos de los casos, como en el que hoy discutimos, elevar la vara y pensar en la igualdad sustantiva.
Y, por eso, el reto en esta reforma en particular es: uno, la implementación particularmente de las fracciones del apartado B de este artículo segundo que estamos reformando; pero dos, y aquí viene la crítica constructiva, creo que sí nos faltaron dos palabras y un mandato en el texto constitucional; y esas dos palabras que nos faltaron en este texto constitucional son: acción afirmativa, como un mandato para nosotros a nivel de legislación secundaria.
No me va a dejar mentir Malú, si ustedes revisan el texto original de la Constitución de 1917, van a encontrar que no hay referencia alguna a la igualdad entre mujeres y hombres. Fue hasta el 74 donde se estableció, y dice textualmente la Constitución: el varón y la mujer son iguales ante la ley.
Pero lo que en realidad transformó la realidad, y volteemos a ver esta misma comisión, el que aquí haya igual número de mujeres y de hombres, lo mismo que en el Pleno, lo mismo que en las comisiones en la Cámara de Diputados y en el Pleno de la Cámara de Diputados, se llama acciones afirmativas.
Me refiero a cuatro datos. Primero, como lo decía el senador Colosio, escolaridad.
El promedio de la población en general en México son 10 años de escolaridad. Entre la población indígena, solamente 6.
El analfabetismo, población general, 5 por ciento, pero entre población indígena, 20 por ciento, cuatro veces más.
En pobreza extrema, la que más duele, población general 7 por ciento, entre la población indígena 26 por ciento.
La movilidad social, particularmente en el sur del país, 7 de cada 10 personas que nacen en pobreza mueren en pobreza.
Entonces, si nosotros queremos cambiar esa realidad, nos tenemos que hacer cargo no solo de la implementación, sino del establecimiento de acciones afirmativas.
Y no estoy planteando que deban estar todas listadas en la Constitución. Lo que estoy planteando es que a nivel de legislación secundaria lo podamos discutir con rigor, para sacar acciones que estén bien pensadas, bien planeadas.
Y pongo solamente algunos ejemplos.
En Nueva Zelanda hay todo un abanico de acciones afirmativas dirigidas a la población indígena maorí.
En el caso de Estados Unidos, hasta antes de que la extrema derecha tomara el control de la Suprema Corte, había muy buenas acciones afirmativas en las admisiones de las universidades.
Aquí el senador Murat conoce muy bien ese tema.
En el caso de Brasil, la ley de cuotas permitió, en el caso de los afrobrasileños, fíjense, en solo 20 años pasaron de 5 por ciento a 30 por ciento como proporción de la población estudiantil.
En el caso de Canadá me parece interesantísimo, si recibes un contrato del gobierno por más de un millón de dólares, estás obligado por acción afirmativa a la inclusión laboral, empezando por supuesto por los pueblos indígenas, pero alcanza también a mujeres, a personas con discapacidad y a minorías visibles.
Ahora, algo muy importante y con esto concluyo, la planeación es muy importante, pero todos sabemos que en materia de políticas públicas la magia está en la implementación. Si no se implementan de manera adecuada las acciones afirmativas, producen un efecto contrario, rechazo de la población hacia quienes son objeto
de la acción afirmativa, y ahí es donde entran las cláusulas de temporalidad, la transición de políticas que pasan de estar basadas en criterios étnicos a criterios socioeconómicos, claro, una vez que ya se alcanzó la igualdad sustantiva y, por supuesto, monitoreo, evaluación, rendición de cuantas.
Termino celebrando el que hoy estemos de acuerdo en los méritos de esta minuta, celebrando que la podamos aprobar por unanimidad, pero también haciendo votos, porque no tengan que pasar 40 años, como sucedió con la reforma de 74, para que podamos dar paso a acciones afirmativas bien planteadas, que nos permitan alcanzar el objetivo que me parece es el objetivo aquí compartido, la igualdad sustantiva de los pueblos indígenas y afromexicanos.
Muchas gracias.
ooOoo