jueves, abril 18, 2024

Conferencia de prensa de la senadora Kenia López Rabadán, acompañada de organizaciones de la sociedad civil

Conferencia de prensa concedida por la senadora Kenia López Rabadán, acompañada de organizaciones de la sociedad civil.

 

 

 

 

 

Si transformamos la educación, transformamos México

En recientes días, dio inicio el nuevo ciclo escolar, en donde más de 24 millones de alumnos llegan a sus aulas, con la novedad de una nueva titular de educación y un sistema educativo con más dudas y sombras que certezas. ¿Es esta la mejor respuesta que puede dar el ejecutivo, para resolver los problemas y el rezago educativo en México?

La propuesta de la Nueva Educación Mexicana (NEM), no promete una formación de excelencia, es por eso que La propuesta educativa del Ejecutivo, adolece de una base sólida en el proceso de enseñanza y aprendizaje. Pues no se basa en un diagnóstico claro que dirija a subsanar el rezago educativo que se viene arrastrando. El cambio a los planes y programas de estudio y a los libros de texto se dio en un debate abstracto e ideológico, que no tomó en cuenta la participación de los docentes, ni hizo consultas previas a personas con discapacidad y a comunidades indígenas. Así como tampoco toma en cuenta al magisterio, ni sus derechos laborales y salariales.

Cuando las principales crisis escolares que la Secretaría de Educación Pública (SEP) debería atender con urgencia son, el rezago académico, el abandono escolar y las afectaciones a la salud socioemocional de las y los los estudiantes, problemáticas que la pandemia de covid-19 agudizó. Hay cerca de 30 millones de personas en rezago educativo, casi la tercera parte de la población mexicana mayor de 15 años. No aparece mención de este problema estructural en el modelo educativo que el gobierno federal emprendió recientemente, llamado pomposamente Nueva escuela mexicana (NEM), y fue igualmente omitido en el Plan Nacional de Desarrollo y en la reforma educativa de 2019. La deserción escolar de acuerdo a la encuesta del INGI el ciclo escolar 2019-2020 que no concluyó, más de la mitad (58.9%) señaló que fue por un motivo relacionado a la COVID-19, 8.9% por falta de dinero o recursos y 6.7% porque tenía que trabajar.

¿Cuántos maestros van a enfrentar, este nuevo ciclo escolar, con todas las adversidades que está provocando esta nueva propuesta o mejor llamada “fase de experimentación educativa”? Los miles de miembros de la sociedad civil y las organizaciones que formamos parte de México Unido, lo cuestionamos fundados en el reciente acuerdo publicado por la SEP, sobre el nuevo plan educativo que a la letra dice:

“Durante el ciclo escolar 2022-2023, en escuelas públicas […] se realizará un piloteo del Plan de Estudio que se establece por virtud del presente Acuerdo, así como de los respectivos programas de estudio que, en correlación con dicho Plan sean elaborados por la Secretaría de Educación Pública”.

Tal acuerdo que presenta el nuevo plan de estudios fue publicado en el Diario Oficial de la Federación el pasado 19 de agosto, es decir, previo a unos días de iniciar el ciclo escolar, sin una preparación previa para los maestros, directivos y padres de familia.

¿En verdad queremos sacar a México del retraso educativo a nivel mundial, con estas ocurrencias y falta total de planeación, para lograr que nuestra niñez alcance un nivel educativo competitivo a nivel nacional?

Otro referente que nos preocupa es el siguiente:

“El aprendizaje de las matemáticas debe tener un sentido humano para niñas, niños y adolescentes, el cual sólo se desarrolla en el marco de relaciones significativas entre la familia, la escuela y la comunidad”.

Las matemáticas son una ciencia exacta, de calidad objetiva, que sirven para la vida sin necesidad de implantarle un sentido humanista que lo reduce y limita. Se requiere un método que induzca al conocimiento de las reglas y que fortalezca el análisis de su aspecto práctico en la vida. Lo uno no limita lo otro.

Otro punto que nos preocupa dice así: “No se trata de contabilizar las tareas que entregó la o el estudiante, el número de sus asistencias, el porcentaje de requisitos que cubrió, ni el número de exámenes que aprobó; más bien, se trata de juzgar si lo que hizo el estudiante está bien o no a partir de la comprensión de lo que no se ha hecho”.

Es necesario precisar que Educar “es sacar lo mejor del otro”, quien educa, forma en el cumplimiento de las responsabilidades. Es un proceso formativo integral, en donde quien desea evaluar de manera “democrática”, no forma y esto limita el trabajo de los docentes y genera un mal concepto del proceso educativo al alumno.

Nos sumamos a las voces que comparten que, ante esta realidad, MÉXICO requiere un proyecto educativo incluyente, de calidad y que brinde a nuestros niños y niñas de las herramientas necesarias para desarrollarse y ser competitivos en el mundo globalizado, acceder a las oportunidades que les permitan logran una vida digna y de calidad. Una realidad muy distinta a la que hoy pretenden condenarlos con este “nuevo” sistema educativo.

Se requiere un Pacto Educativo que en la Unidad de todos los actores de la educación, que genere y proponga respuestas a los temas tan urgentes como la deserción escolar, la falta de sistemas de evaluación con procesos de mejora para la educación, infraestructura de calidad de las escuelas y más dignas, el respeto a los derechos de los docentes y de los padres de familia y un pacto que impulse la educación tecnológica, bilingüe e incluyente; en donde sea el eje transversal para la transformación de México.

“Estoy aquí para defender sus derechos, para hacer oír su voz…no es tiempo de compadecerles. Es tiempo de actuar para que esta sea la última vez que veamos a un niño privado de educación”. Discurso de Malala Yousafzai en la recepción del Premio Nobel de la Paz 2014.

Por todo lo anterior y ante la urgencia educativa que vivimos, México Unido, es la suma de diversas organizaciones que nos pronunciamos de forma contundente desde diversos frentes y rincones del país, con el objetivo de lograr un dialogo abierto y constructivo por nuestra niñez mexicana, salvaguardando a la educación como un derecho humano, para que juntos, logremos atender el rezago educativo, y el cambio que tanto se requiere, a través de la educación. Pues la educación es el igualador social por excelencia y la verdadera política de bienestar y desarrollo de un país. Al igual que las personas afectadas por el analfabetismo, quienes no tienen concluida la primaria o la secundaria enfrentan la marginación social y la falta de acceso a oportunidades de desarrollo en los terrenos educativo, cultural, laboral o empresarial.

El diálogo, las ideas y el debate es fundamental para la construcción de un nuevo pacto educativo, es por ello, que proponemos una serie de conversatorios en donde la sociedad civil, junto con padres de familia, especialistas y docentes, logremos las mejores propuestas para una agenda transformadora en favor de la educación de nuestras niñas y niños y por ende, el futuro del país.

Un sistema educativo incapaz o deficiente produce y reproduce la desigualdad social. La falta de acceso a las oportunidades educativas contribuye a prolongar la desigualdad por generaciones.

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