Intervención en tribuna de la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz,para referirse al análisis del III Informe de Gobierno del Presidente de la República, en materia de Política Exterior.
28 de septiembre de 2021
Versión de la intervención de la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz, para referirse al análisis del III Informe de Gobierno del presidente de la República, en materia de política exterior
Muchas gracias, presidenta.
No lo dice la oposición en nuestro país, científicos y especialistas del grupo de expertos sobre el cambio climático de la ONU advierten que los efectos en el planeta no tienen precedentes y algunos serán irreversibles en milenios.
Casi mil millones de personas enfrentarán olas de calor que pondrán en riesgo su vida.
Cientos de millones tendrán que luchar por agua debido a las graves sequías.
Especies de animales y vegetales desaparecerán.
Los arrecifes de coral que sustentan la pesca en amplias regiones del planeta sufrirán de muerte masiva.
No es ciencia ficción, nuestro único territorio habitable está en riesgo como consecuencia del cambio climático.
Expertos señalan que el incremento en la temperatura de la atmósfera, los océanos y la tierra por los gases de efecto invernadero ya han ocasionado cambios generalizados y rápidos, emisiones que han sido producidas por seres humanos, por el uso de combustibles fósiles que liberan grandes cantidades de dióxido de carbono al aire, y, si no se detiene el calentamiento global, para 2050, quizá la vida en la tierra sea prácticamente imposible.
¿Qué podemos hacer para evitar este futuro apocalíptico? Actuar, acelerar la transición energética, cumplir nuestros compromisos internacionales para combatir el cambio climático.
Al suscribir el Acuerdo de París México se comprometió que en 2024 el 35 % de energía generada en el territorio nacional sería producida por tecnologías limpias. Sin embargo, a la fecha la energía limpia generada es del 25 %, de la cual el 19.98 % son renovables, el resto otras fuentes limpias.
Esto es, faltaría un 10 % para alcanzar la meta fijada en 2024, y con la política energética actual no hay manera de que se logre.
Ya la organización Climate Action Tracker calificó como insuficientes las mejoras que se han emprendido en el país para ser coherentes con el Acuerdo de París, cuyo límite de temperatura es de 1.5 grados centígrados.
Estamos lejos de la meta, y suficiente es una calificación nada honrosa a la que agrega que México ocupa el doceavo lugar como país más contaminante, no obstante que somos la economía número 15.
El gobierno de la autodenominada cuarta transformación está actuando en reversa con los compromisos globales.
En la Cumbre Virtual sobre Clima, convocado por el presidente Joe Biden el pasado 23 de abril, en su participación el Presidente Andrés Manuel López Obrador compartió la experiencia del programa de reforestación Sembrando Vida.
¿De verdad es esto lo que México puede plantear para enfrentar los retos del cambio climático?
Quizás no lo sepan, pero el 50 % de emisiones vienen de dos fuentes: automóviles y generación de energía.
Desde aquí le digo al secretario Ebrard, si bien la política energética no es atribución de la Cancillería, sí lo es recordarle al titular del Ejecutivo Federal los compromisos internacionales.
Mientras que otros países referirán sus avances en la transición energética en la próxima reunión de la COP26 en Glasgow, México sólo puede hablar de la construcción de su nueva refinería, de sus políticas para resucitar el negocio del carbón y del impulso a una reforma eléctrica que busca privilegiar los combustibles fósiles sobre las energías renovables, así como el Tren Maya, que en su construcción ha deforestado cientos de kilómetros de selva.
Además de fallarle a las futuras generaciones de mexicanos y a la salud del planeta estamos faltando al compromiso global. Aunado a ello habrá consecuencias comerciales por no contribuir a la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero.
En la Unión Europea se está discutiendo un paquete legislativo Fit for 55, el cual propone un mecanismo de ajuste al carbono en frontero que considera aplicar fuertes aranceles a la exportación de producción en cuyo proceso de manufactura se hayan utilizado combustibles fósiles.
Hay una discusión similar en el Senado de Estados Unidos con la presentación de una propuesta de ajuste legislativo para crear un impuesto a los gases de efecto invernadero, acero, aluminio, cemento, fertilizantes, automóviles y, eventualmente otros productos se verán afectados de aprobarse esta medida. Hay suficientes razones para tomar en serio y actuar ya.
México debe recuperar el liderazgo que llegó a tener en los foros mundiales sobre cambio climático, y esa es responsabilidad de la Cancillería.
Muchas gracias.
ooOoo