Intervención en tribuna del senador Víctor Oswaldo Fuentes Solís, para referirse al análisis del III Informe de Gobierno del Presidente de la República, en materia de Política Económica.
13 de septiembre de 2021
Versión de la intervención en tribuna del senador Víctor Oswaldo Fuentes Solís, para referirse al análisis del III Informe de Gobierno del Presidente de la República, en materia de Política Económica
Con su venia, señor Presidente.
Compañeras y compañeros senadores:
Los poderes de la Unión tenemos la superior encomienda de respetar y darle vigencia a nuestra Carta Magna. Esta, nuestra Constitución Mexicana, en el artículo 26 establece que es responsabilidad del Estado mexicano organizar un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional, que imprima solidez, dinamismo, competitividad y equidad en el crecimiento de la economía mexicana.
Y en nuestra opinión, amparada con los elementos y argumentos que aquí expondré, este mandato constitucional ha quedado relegado en los tres primeros años de este gobierno, denominado de la cuarta transformación.
No existe planeación democrática, simple y sencillamente porque la economía no se puede manejar mediante ocurrencias, seamos honestos y claros. La nueva política económica que presumen en la propaganda oficial no ha dado los resultados que los mexicanos demandamos de todos ustedes, de hecho, la economía vive su peor momento de las últimas décadas, los números hablan por sí mismos.
En lo que va de este sexenio México registra una caída económica, producto de las pésimas señales, como la cancelación del aeropuerto de Texcoco; la centralización de los recursos públicos, la falta de apoyo a las empresas y trabajadores para enfrentar la emergencia sanitaria y el muy, muy bajo nivel de inversión pública, concentrado especialmente en algunas obras caprichosas y faraónicas.
Entre 2019 y 2021, el Producto Interno Bruto Nacional promedio de una caída anual del 8 %, lo que es la primera mitad de un sexenio con el peor desempeño económico en casi un siglo, según datos del Inegi.
No está de más recordar que en el 2020 la economía mexicana cayó un 8.3 %, su mayor contracción desde 1932 con la gran depresión.
Si bien existen pronósticos que la economía pudiera llegar a crecer un 5 % este 2021, siendo realistas, este crecimiento tiene un efecto rebote que se queda corto frente al desplome de 2020.
Esta contracción que experimenta la economía se ha traducido en la pérdida de miles y miles de empleos, al igual que miles y miles de familias sin sustento.
Entre diciembre 2018 y julio de 2021 se han perdido un total de 166 mil empleos formales en el país, la peor cifra de empleo formal en la primera mitad de un gobierno en el presente siglo, según datos del Instituto Mexicano del Seguro Social.
Tampoco está mal recordar que, en mayo del 2020, el gobierno se comprometió a generar dos millones de empleos para finales de este año, algo que evidentemente no ha sucedido.
Igual de preocupante es la precarización del empleo, ya que no es suficiente generar nuevos empleos, sino que estos sean mejor pagados.
Según datos de la Coneval presentados en agosto del año pasado, en el último año la pobreza laboral, en México, aumentó de un 35.6 a un 38.5. Esto significa que alrededor de cuatro de cada 10 mexicanos no cuenta con un ingreso suficiente para adquirir la canasta básica alimentaria; ni siquiera el importante aumento del salario mínimo, el cual se le reconoce y además se le agradece, se ha traducido en una mejoría real para que los trabajadores aumenten, en términos reales, sus ingresos
Y es que las mejoras en la economía no se logran a base de decretos, se logran apoyando las empresas, atrayendo inversiones, mejorando la infraestructura productiva en todo el país y, especialmente, generando confianza, que es exactamente lo que el gobierno en materia económica ha dejado de hacer.
Reconozcan que la inflación se encuentra fuera de control, principalmente a causa de los precios de los energéticos, donde por cierto el gobierno se comprometió, primero, a bajar sus costos y luego evitar los aumentos arriba de la inflación, pero ninguna de estas dos promesas se ha cumplido, el precio de los combustibles, de la luz y del gas LP se han incrementado claramente por arriba de la inflación.
El discurso que vivimos, una etapa con inflación controlada está muy alejada de la realidad, lo cierto es lo que viven millones de familias mexicanas que diariamente ven cómo suben los precios de muchos de los productos elementales y básicos para su bienestar.
En agosto de 2021, la inflación anual en nuestro país asciende al 5.59 %, lejos del rango objetivo entre el 2 y el 4 % previsto por las autoridades.
En el caso de los energéticos, en el 2021, ha sido del 10.1 %, casi el doble de la inflación general, de acuerdo con los datos del Inegi.
Con una inflación así, no hay aumentos de salario que alcance, sus decisiones en política económica y en política energética, sólo han creado, además de incertidumbre, un retroceso en la inversión de México.
Aquí también las cifras lo dicen todo, en diciembre del 2018 a la fecha, la inversión fija bruta en el país acumula un desplome del 10.5 %, tan sólo en el 2020 la inversión se contrajo un 18.6 %, la peor caída desde 1995, desde luego que las inversiones extranjeras se han percatado de estas malas decisiones y en el 2020, la inversión extranjera directa descendió a 27 mil 611 millones de dólares, su nivel más bajo en los últimos nueve años.
La caída de este indicador persiste, ya que el primer semestre del 2021 la inversión extranjera fue 18 mil 433 millones de dólares, cifra, 23.2 % menor a los 24 mil 9 millones de dólares captadas en el mismo lapso del 2020.
El problema es claro, el gobierno ha buscado estatizar y centralizar la economía a través de la concentración de atribuciones, recursos y actividades.
Primero fue la desaparición del Fondo Minero que significó el debilitamiento de la inversión física en estados y municipios mineros, luego algo que tendrá efectos por generaciones, la trágica desaparición de 109 fideicomisos, lo que se tradujo en una centralización y discrecionalidad de los recursos que originalmente están enfocados a objetivos específicos y a fomento de sectores.
También el gobierno recortó al grado de casi desaparecer los programas de apoyo a las pequeñas y medianas empresas, esta fallida política económica ha provocado que se disparen alarmante los niveles de pobreza en México.
De acuerdo con la Coneval, del 2018 al 2020, el número de mexicanos en pobreza creció del 51.9 a 55.7 millones de personas y en medio de todo esto, a pesar de que el país requiera mayor inversión para dinamizar los sectores del ramo de la economía…
El Presidente Senador José Narro Céspedes: Senador Víctor, ya se pasó por tres minutos.
Culmine, por favor.
El Senador Víctor Oswaldo Fuentes Solís: Lo más lamentable es que esto marcará a toda una generación de mexicanos.
Definitivamente no merecemos esto como país, es hora de reconocer que las cosas no van bien y lo más importante de todo, escuchar, escuchar a quienes han hecho de este país una gran economía, todavía una de las 20 economías más importantes del mundo, escuchen la propuesta de la sociedad y de la oposición, recompongan el rumbo de la economía nacional.
Por mi parte, es cuanto, presidente.
Muchas gracias.
ooOoo