Intervención de la senadora Minerva Hernández Ramos para referirse a un dictamen de las Comisiones Unidas de Hacienda y Crédito Público; y de Estudios Legislativos, Segunda, con proyecto de decreto por el que se emiten seis monedas conmemorativas, dos por los 700 años de la fundación lunar de la Ciudad de México-Tenochtitlán, dos por los 500 años de la memoria histórica de México-Tenochtitlán y dos por el Bicentenario de la Independencia Nacional.
- Posicionamiento a Favor – Monedas Conmemorativas (PDF)
- Posicionamiento Abstención – Crédito Nómina Cobranza Delegada (PDF)
Con su venia, Senadora presidenta.
Los Senadores de Acción Nacional, votaremos favorablemente este dictamen, que permitirá la acuñación de tres monedas conmemorativas respecto de la historia de nuestro país.
Sin dudarlo, celebramos 700 años de la fundación lunar México-Tenochtitlán, permitirá a los mexicanos, recordar la grandeza centenaria de los orígenes de la ciudad, que se volvería centro de la Nación, capital de la República, asiento de los Poderes de la Unión y que permanece, por supuesto, como ombligo de la luna.
Soy orgullosamente tlaxcalteca y ante la conmemoración de la memoria histórica de México-Tenochtitlán, es imprescindible que revaloricemos los hechos que acontecieron, que desterremos de nuestra conciencia colectiva la versión oficialista que durante tantos años privó, al considerar que todos los pueblos originarios fueron conquistados por los españoles, por los invasores.
No podemos considerar que los 500 años de la toma de México-Tenochtitlán, simbolicen una dualidad maniquea de los buenos contra los malos, de los invasores contra los defensores, porque esta visión reduccionista nos impide reconocer la realidad que muestran los registros históricos, los actores políticos y económicos que inclinaron a varios pueblos a revelarse ante el yugo y el tributo de la triple alianza, a los tlaxcaltecas, huexotzincas, totonacas, zempoaltecas, todos originarios de esta tierra, igual de valientes, valerosos y aguerridos que los mexicas, los texcocanos o los tlapanecas que lucharon contra los españoles.
Creemos innecesario pedir que España se disculpe ante lo sucedido hace 500 años, porque es una visión limitada, reducida sobre lo que fue ese complicado proceso que forjó el nacimiento y desarrollo de una cultura propia, distinta de España y diferente de Tenochtitlán, antecedente directo de nuestra cultura mexicana.
Para poderlo dimensionar, permítanme contarles una historia del poeta judío Paul Celan, perdió a su madre y su padre ante la infamia de los campos de concentración de la Alemania nazi, al ejercer su arte a través de la poesía, usaba la lengua alemana, el idioma de los verdugos, hablando con una herida que no dejaba de sangrar, pero Celán, en medio de las ruinas decía que algo había sobrevivido en su voz y de su mano, el alemán dejó de ser el idioma del terror y lo propio, tal y como él lo escribió, lo que se desgarra, cicatriza otra vez.
Para Acción Nacional, esta moneda conmemorativa representa la oportunidad de conciliar nuestra historia, de reconciliar nuestra patria, esa herencia que fue una red de agujeros desde la cicatriz y no desde la herida.
Para Acción Nacional es indicativo que a través de la acuñación de estas monedas podamos conmemorar el bicentenario de la consumación de la Independencia de México.
Estos momentos que vive México, donde prevalece un clima de polarización entre las posiciones políticas que nos pretende dividir, una vez más entre dos bandos, debe ser motivo de inspiración para recordar la hazaña de Vicente Guerrero al ofrecer ayuda a Agustín de Iturbide para lograr la Independencia Nacional.
Nos entusiasma recordar que el abrazo de Acatempan, como una muestra de la unión de México, como un ejemplo de poner los intereses superiores, nacionales, por encima de los personales y particulares.
En Acción Nacional hacemos votos porque tengamos la sensibilidad política, suficiente para seguir los pasos que nuestros héroes patrios han marcado, para entender que, a través de la unión de nuestros esfuerzos conjuntos, podremos hacer de México una nación más próspera, más justa y más generosa.
Es cuanto, Senadora presidenta.
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