viernes, marzo 29, 2024

Senador Ismael García Cabeza de Vaca, en la discusión del dictamen que modifica la Ley de Seguridad Nacional

 

 

Versión de la intervención del senador Ismael García Cabeza de Vaca, al participar en la discusión de un dictamen de las comisiones unidas de Gobernación y de Estudios Legislativos Segunda, por el que se adicionan diversas disposiciones de la Ley de Seguridad Nacional

Con tu permiso, presidenta.

La iniciativa de reforma de Ley de Seguridad Nacional en materia de “agentes extranjeros” repite un error común de otras propuestas del titular del Ejecutivo federal.

Busca resolver un problema por medios y formas equivocadas. El resultado ya lo conocemos, no soluciona nada, por lo contrario, lo agrava.

Pretenden remediar la forma de cooperación en materia de seguridad e inteligencia entre México y el extranjero, que hoy se encuentra probablemente reducida a su peor nivel en términos de presencia, atención y confianza en los últimos años.

Y lo hace utilizando una fórmula inviable, centralizadora y lesiva del federalismo, contraria al derecho internacional y a la cooperación en materia de seguridad.

Es arbitraria con los socios de México en el combate al crimen organizado y empeñada en favorecer la desconfianza entre México y el cuerpo diplomático acreditado en el país.

Parece que está diseñada para hostilizar las fuentes de ccordinación y cooperación extranjera, criminaliza actividades lícitas de carácter diplomático, decoorperación, de inteligencia indispensables para el combate al crimen organizado y para establecer un Estado policiaco que, en lugar de luchar en contra de la delincuencia organizada trasnacional, quebranta vínculos de apoyo, de buena fe con socios estratégicos para consolidar el Estado de derecho en México.

La reforma no es consciente con las implicaciones que puede tener en muchos ámbitos.

Y aquí quiero hacer especial énfasis con una enorme preocupación.

En este dictamen se amenaza con sanciones administrativas y hasta penales a quienes se alegue que se han reunido con “agentes extranjeros”, un planteamiento que está muy lejos de estar en consonancia con los avances de la interdependencia global en el combate al crimen organizado.

Por otro lado, la propuesta lejos de proteger la soberanía nacional, la debilita puesto que podría debilitar también el combate al crimen organizado, al pretender que el Estado mexicano, a diferencia de vasta mayoría de los países del mundo, pueda solo contra el crimen organizado trasnacional.

Adicionalmente, en el mejor de los casos la iniciativa será inoperante, pero lo peor, sembrará más desconfianza y dificultará precisamente lo que busca estimular, el intercambio de información y la colaboración y corresponsabilidad de todos.

Uno de sus efectos más perniciosos, y que más que preocupante debería preocuparnos a todos. No tiene que ver con otros países, tiene que ver con el nuestro y con la manera en la que se atropella el federalismo y la autonomía de los estados y municipios.

Lanza una advertencia a los servidores públicos de las entidades federativas, de que los municipios, señalando que pueden incurrir en responsabilidades administrativas y hasta penales si no se somete a la voluntad del Gobierno federal ya que deberían, al menos, entregar a las secretarías de Relaciones Exteriores y de Seguridad y Protección Ciudadana, dentro de los tres días siguientes a la celebración de cualquier reunión, intercambio de información, llamadas telefónicas o comunicaciones que sostengan con los agentes extranjeros, un informe por escrito de las mismas.

Las reuniones que sostengan con los agentes extranjeros deberán ser autorizadas con anterioridad por el Grupo de Alto Nivel de Seguridad y en dichas reuniones deberá estar presente un representante de la Cancillería.

Indudablemente, el Gobierno federal vuelve a mostrar su rostro autoritario, centralizador y represivo.

Restringe libertades consustanciales al arreglo de los estados y municipios libres y soberanos que pueden y deben mantener sus propias relaciones internacionales.

Finalmente, el tono persecutorio de esta propuesta va a generar más desconfianza, más opacidad y menos intercambios de información valiosa.

Es larga la lista de consecuencias negativas que se prevén y sobre todo en la ya debilitada relación entre la federación, estados y municipios a quienes se pretende someter a voluntad del Ejecutivo.

Es cuanto, presidente.

ooOoo

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