29 de octubre de 2020
Versión de la intervención de la senadora Gina Andrea Cruz Blackledge, al participar en la discusión de un dictamen de las comisiones unidas de Hacienda y Crédito Público y de Estudios Legislativos Segunda, por el que se expide la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2021, se reforma la Ley del Impuesto sobre la Renta, de la Ley del Impuesto al Valor Agregado y del Código Fiscal de la Federación y la Ley Federal de Derechos
Con la venía de la Presidencia.
Compañeras senadoras y senadores.
Vemos con profunda tristeza que este Senado de la República, una vez más, está de rodillas ante los caprichos y las ocurrencias presidenciales.
El paquete que hoy pretende aprobar esta mayoría parlamentaria ciega, consta de más de 6 billones de pesos para el 2021, lo que representa la mayor bolsa de recursos que un gobierno en México haya tenido en toda su historia y aún así, el conjunto de medidas recaudatorias golpearán a las familias, a las empresas y a todos los mexicanos.
Este paquete económico 2021 no fomenta el consumo ni la inversión de las empresas. No otorga incentivos para ayudar a las familias en el gasto que han tenido que realizar en materia de salud. Quieren hacer frente a la crisis que se avecina provocando otra crisis mayor.
Los 6 billones 262 mil 736.2 millones de pesos que se pretende obtener contiene cifras irreales de recaudación de ingresos, que llevarán pronto a un nuevo recorte del gasto, ya que no se toman en cuenta importantes variables macroeconómicas de nuestro país.
Senadoras y senadores, 12 millones de mexicanas y mexicanos se han quedado sin ingresos y sin certeza de un trabajo y potencialmente 10 millones de personas podrían caer en la pobreza, como lo ha advertido el Coneval, lo que indudablemente complicará las posibilidades de tributación de los ciudadanos.
Por otro lado, la meta de la plataforma petrolera es prácticamente imposible de alcanzar y generará un boquete de al menos 300 mil millones de pesos dadas las pugnas de producción que existen hoy entre las potencias petroleras, las expectativas de la demanda global y las capacidades tecnológicas y dificultades financieras que enfrenta hoy Pemex.
Estas medidas no sólo afectarán a las familias y consumidores, debido al incremento a los costos de los servicios de internet, telefonía móvil y servicios de plataformas digitales, sino también a organizaciones civiles, las cuales deberán dejar de recibir donaciones cuando más de la mitad de sus ingresos sea por actividades ajenas a su objeto social.
El endurecimiento de las medidas para donatarias autorizadas afectará al menos a 50 mil asociaciones no lucrativas que generan casi tres puntos del PIB y que emplean a 2.2 por ciento de la población económicamente activa.
Lo más terrible de esta propuesta del gobierno es que no se crean los incentivos suficientes para reactivar la economía frente a la crisis financiera por la pandemia.
Mientras que en gran parte del mundo los gobiernos invierten paquetes de rescate colosales para crear efectos multiplicadores en sus economías, privilegiar los ingresos de las familias y garantizar el bienestar de la población, aquí el gobierno sólo se preocupa por recaudar más ingresos para su agenda política.
Esta forma de terrorismo fiscal es triste para un país que recauda poco, recauda mal y gasta de forma totalmente irresponsable e improvisada.
Además, las entidades federativas están siendo vulneradas en sus proyectos y programas gubernamentales. Se está apostando por un centralismo peligroso, nocivo y antidemocrático, que está desmontando el acuerdo de unidad que le da sentido al pacto federal en materia fiscal.
La forma como se concentra el poder y el dinero, para después ser utilizado en forma totalmente discrecional es lamentable y abusiva. Estas ideas sobre la corrupción son hoy día meros recursos retóricos, promesas de campaña que ni se pueden ni se van a cumplir.
En lugar de luchar contra la corrupción la están alentando, entregando recursos sin reglas de operación. En lugar de combatir la corrupción la promueven con adjudicaciones directas a modo que benefician a unos pocos y generan opacidad.
Estamos ante uno de los gobiernos menos transparentes de nuestra historia reciente y esto es muy lamentable.
¿Dónde quedó esta propuesta de no aumentar los impuestos? En medio de la pandemia, pretenden gravar actividades que hoy son esenciales como el uso de Internet. De esta forma, lo que se promueve es mayor desigualdad. Son los sectores más vulnerables los que van a pagar las consecuencias de estas pésimas medidas de política fiscal, son los que menos tienen los que se van a ver saqueados por este gobierno que no tiene límite en su dispendio ni moderación en su ego.
¿Y todo este esfuerzo recaudatorio para qué? Para desperdiciar el dinero en proyectos inviables, para entregar dinero tratando de generar clientelismo y dependencia.
Con las decisiones y acciones gubernamentales México está en riesgo, el pacto fiscal está en cuestión, la unidad nacional está quebrada y la gente está profundamente dividida.
Senadoras y senadores: sabemos que la consigna es aprobar este paquete sin mover una coma, para que sea enviado con toda velocidad al presidente López.
Sólo les pido que reflexionen, en estos tiempos de crisis global a veces es bueno voltear a ver lo que está haciendo allá afuera el resto del mundo, sus medidas económicas están orientadas a impulsar los ingresos de las familias y las empresas, no a quitarles dinero a favor de las finanzas públicas. Los gobiernos del mundo están creando paquetes de rescate gigantescos y reformulando completamente sus estructuras fiscales, mientras que aquí se apuesta por la continuidad.
Pero lo más importante de todo, debemos voltear a ver a un pueblo que pide y demanda respuestas.
No aprobemos este adefesio impositivo que nos va a costar muy caro a todas y todos los mexicanos durante muchos años.
Es cuanto, Presidenta.
ooOoo