Intervención en tribuna de la senadora Xóchitl Gálvez Ruiz para referirse a un punto de acuerdo por el que se solicita la comparecencia del secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana, Alfonso Durazo Montaño.
Muy buenas tardes.
Gracias, señora Presidenta.
“Los presidentes no heredan problemas, se supone que los conocen de antemano. Por eso se hacen elegir para gobernar con el propósito de corregir esos problemas. Culpar a los predecesores es una salida fácil y mediocre”. Esto decía Ángela Merkel.
Y yo creo que ya es momento de asumir la realidad que estamos viviendo.
Y yo desde aquí quiero felicitar a Omar García Harfuch, expolicía federal, que, con 147 marinos, 600 policías y cero disparos detuvo a 31 delincuentes en Tepito, hoy en la madrugada. Eso se llama eficiencia y eficacia, y eso es lo que tenemos que hacer.
Este jueves negro el país y el mundo fuimos testigos del terror que ocasionó una de las acciones de seguridad peor planeadas, mal coordinadas y todavía peor ejecutadas, fue para las autoridades local, estatal y federal un suceso que dejó claro cómo la autoridad se desmoronó ante la capacidad organizativa y de inteligencia del supuestamente desarticulado Cártel de Sinaloa, lo que iba a ser una jornada exitosa por el arresto de Ovidio Guzmán López resultó un operativo precipitado que tuvo como consecuencia la liberación del detenido, con ello una capitulación que lacera al Estado, a las Fuerzas Armadas, a la Guardia Nacional y que viola el Código Penal Federal, jueves negro para México.
Sí es cierto, con la rendición se evitó una masacre. Eso que llaman los trágicos daños colaterales que el modus operandi de los narcos ha causado a la sociedad civil cuando han detenido a algún líder, saldo 14 personas fallecidas, cuando dicen que esta cuenta podría haber sido de cientos de civiles; sin embargo, no se habría llegado a este riesgo a esas horas de terror por el tiroteo de armas de alto poder de bloque con vehículos ardiendo, amenaza de matar a soldados retenidos y de hacer explotar carro tanques llenos de combustible en la unidad habitacional de familias de militares, fuga de reos, una ciudad secuestrada por los capos y cientos de sicarios ante la inacción gubernamental, todo esto se habría evitado con una operación coordinada y bien planeada, basada en inteligencia con responsabilidad y con lo mejor de las fuerzas especiales, con experiencia en situaciones similares.
Los cárteles no surgieron ayer ni la descomposición del tejido social y ni la brutalidad de la violencia, pero hoy ya es hora y ante ello hay que actuar, no pregonar.
He sabido que los elementos del Ejército Mexicano actuaron de manera responsable y acatando órdenes superiores, dicen los militares “el mando es el mando y si se equivoca vuelve a mandar”.
En Culiacán nunca mejor dicho “los mandaron a la guerra sin fusil”.
A ellos mi reconocimiento de siempre.
Y lástima que no está la Senadora Trasviña, porque yo no vengo ni de la mafia del poder, yo vengo del pueblo y soy hermana de un coronel del Ejército que tiene 40 años enfrentando a los criminales y hoy mismo está en el frente de batalla.
A las familias de Culiacán, a las de Sinaloa toda y a las familias de los militares mi reconocimiento por su entereza y solidaridad.
Hago votos porque por más negro que haya sido ese jueves, el Estado retome su mandato y responsabilidad de garantizar la seguridad de las y los mexicanos, que revise su estrategia para enfrentar a la delincuencia organizada y que con ello nos devuelva la tranquilidad que tan urgentemente nos reclaman los mexicanos.
Yo le diría al señor Presidente, cuenta con nosotros.
¿Cuándo hemos recibido una llamada del Presidente los de la oposición? Nunca.
Para resolver este problema necesita de todos, inclusive a la oposición.
Si queremos seguir con la soberbia.
Si queremos seguir sin entrarle al fondo de los problemas, pues sigamos con este discurso de echarle la culpa al pasado, no vamos a llegar a ningún lugar y yo diría aquí estamos para apoyar.
Muchas gracias.
ooOoo