Intervención del senador Gustavo Madero Muñoz, al participar en la discusión de un dictamen de las comisiones unidas de Derechos Humanos y de Justicia, por el que se propone la terna de candidaturas a ocupar la titularidad de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para el periodo 2019-2024.
30 de octubre de 2019
Versión de la intervención del senador Gustavo Madero Muñoz, al participar en la discusión de un dictamen de las comisiones unidas de Derechos Humanos y de Justicia, por el que se propone la terna de candidaturas a ocupar la titularidad de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos para el periodo 2019-2024.
¡Qué momento tan delicado el que estamos viviendo en nuestro país y cómo nos emplaza a cada una y a cada uno de nosotros a medirnos nuestra estatura para ver por qué y para qué estamos aquí, qué nos mueve, que nos determina!
Cada vez tengo más claro yo la molestia de la gente contra los políticos que toman decisiones cupulares pensando en sí mismos, protegiéndose, abstrayéndose del dolor, de la indignación de las personas, y la crisis que dice: “no me siento representado”.
Cuando la gente siente que se cocinan, que se simulan procedimientos sensatos para convocar a gente de primer orden a un procedimiento y al final del día surge sin fundar, sin motivar una terna por arte de magia, sin explicación, sin mayor fundamentación.
Yo no quiero hablar a favor o en contra de las personas, me preocupa el procedimiento, me preocupa que no estemos a la altura de lo que los ciudadanos y nuestro país está sufriendo y padeciendo, una crisis enorme de violación de derechos humanos y que entre todos debemos ayudar y poner nuestro grano de arena para corregir.
Quiero hacer eco de este mensaje que nos mandan las organizaciones de la sociedad civil por una Comisión Nacional de los Derechos Autónomos donde nos dice que a pesar de que la convocatoria introdujo importantes estándares para garantizar una evaluación objetiva sobre la idoneidad de los perfiles, la terna aprobada no responde a los catorce indicadores aludidos en el dictamen aprobado, que el Senado de la República tiene la obligación de hacer públicas las evaluaciones de las 56 personas candidatas, así como a motivar y a justificar la terna aprobada; no hacerlo evidencia la simulación del proceso, una terna que incluye perfiles con filiación político-partidista y cuestionamientos al desempeño en la defensa de derechos humanos pone en riesgo la legitimidad de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos.
Creo que estamos en deuda con la sociedad civil, con las víctimas y necesitamos dar la cara de frente y explicar el procedimiento a cabalidad y que no deje ninguna duda, que no parezca que esto es un juego de que se propone a una persona para salvar la cara, pero con la convicción de que no va a pasar y que va a quedar esta otra.
Esto a mí se me haría patético, se me haría grotesco, se me haría una terrible decepción del rol que este Senado de la República debe jugar hoy en este momento tan delicado de nuestra historia.
Es cuanto, presidenta.
Muchas gracias.
–ooOoo–