viernes, abril 19, 2024

Senadora Minerva Hernández Ramos para presentar el posicionamiento del GPPAN a un dictamen por el que se expide la Ley Federal de Austeridad

Versión de la intervención en tribuna de la senadora Minerva Hernández Ramos para presentar el posicionamiento del GPPAN a un dictamen por el que se expide la Ley Federal de Austeridad Republicana

Muchas gracias, senadora presidenta.

Hoy hubo una concentración en el Zócalo de la Ciudad de México para celebrar el triunfo en las pasadas elecciones y el regalo que el Grupo Parlamentario mayoritario quiere entregarle al presidente López Obrador es, precisamente, esta Ley de Austeridad.

Los discursos que se pronunciaron sobre el triunfo electoral hablaron, seguramente, sobre el valor histórico que representa este cambio, así como del valor de los millones de mexicanos que votaron por una opción política distinta.

Aquí tienen cabida las palabras de Winston Churchill, “…valor es lo que se necesita para levantarse y hablar, pero valor también es lo que se necesita para sentarse y escuchar…”

Pero justamente, valor fue lo que hoy en la discusión y votación de este dictamen ante las Comisiones Unidas de Hacienda y de Estudios Legislativos faltó, porque las y los senadores del grupo parlamentario mayoritario no quisieron escuchar, no fueron tolerantes a las advertencias que hicimos sobre los innumerables vicios que tiene esta Ley y no mostraron voluntad para construir consensos.

Por el contrario, en su afán de darle gusto al presidente, los senadores están mandando al diablo a las instituciones, pues hicieron a un lado la técnica jurídica, la práctica parlamentaria y el mínimo de sentido común, por aprobar este Dictamen en los mismos términos en que fue enviado por la Cámara de Diputados, sin moverle una sola coma, sin hacerle ninguna modificación y sin ajustarlo a la realidad social que se pretende regular.

Es una tristeza darse cuenta de que, a pesar de los contrapesos políticos e instituciones que han sido producto de nuestra historia reciente, estas acciones están regresando al México del autoritarismo presidencial por la vía de la voluntad de los legisladores del grupo mayoritario: por quedar bien con López Obrador y cumplir sus caprichos: ¡Cómo no, Señor Presidente! ¡Faltaba más, Señor Presidente! ¡¡¡Me canso ganso!!!

Valdría preguntarles a los senadores que no son integrantes de las comisiones dictaminadoras si en verdad leyeron con calma este dictamen que pretenden aprobar, si es que no se dieron cuenta de que se contienen antinomias, que se viola la técnica legislativa, que se invaden esferas competenciales de otros Poderes de la Unión, así como de Organismos Constitucionales Autónomos, entre otros tantos temas.

¡Será inaudito que esta Soberanía apruebe un Dictamen que hasta errores ortográficos y de sintaxis contiene!

En abril de 2014, el ahora senador don Ricardo Monreal, siendo entonces Diputado federal de la 62 Legislatura, presentó una moción suspensiva al Dictamen relacionado con las modificaciones a la Ley Federal de Competencia Económica y al Código Penal Federal, moción suspensiva que fundamentó, principalmente, en dos vicios: uno, la falta de análisis y estudio, y dos, el absoluto descuido en la redacción de las normas.

Estos mismos motivos son aplicables al Dictamen que hoy nos ocupa, pues como lo dijo en aquél momento el senador Monreal son “…las prisas, las premuras, la irresponsabilidad y la carencia de seriedad…” lo que estamos observando en este momento y como lo señaló en aquella ocasión, dar paso a “…una nueva ley con vacíos graves en técnica legislativa y con errores legislativos y jurídicos…” y repito, son las palabras del Senador Monreal, “…amerita que se regrese el dictamen para corregir errores graves que no pueden de ninguna manera avalarse con el voto de ustedes…”, y hasta aquí, repito, son palabras del Senador Coordinador de Morena.

A nombre del Grupo Parlamentario del PAN quiero dejarlo en claro, el pasado viernes ya existía un proyecto de dictamen en el que había consenso parlamentario en poco más del 90% del proyecto, y en el que había que alcanzar nuevos acuerdos sobre básicamente tres disensos pendientes.

Pero tal parece que esas modificaciones no fueron del agrado de la Presidencia de la República, o bien, pareciera que con esos acuerdos alcanzados nos quisieron dar atole con el dedo, porque en el transcurso del fin de semana nos presentaron un nuevo dictamen que repite palabra por palabra y punto por punto la Minuta enviada por la Cámara de Diputados plagada de errores.

Pareciera que a esta Soberanía se le castiga por querer asumir su función constitucional de contrapeso político, por hacer modificaciones necesarias al proyecto de ordenamiento legal, a fin de que no tuviera impactos negativos en el servicio público del país y por buscar el mejoramiento de la vida pública nacional con base en medidas racionales, proporcionales y apegadas al texto de la Carta Magna.

Una y otra vez nos repiten desde el gobierno que no quieren nada por la fuerza y que todo será por la razón y el derecho; pero en los hechos una y otra vez se contradicen.

Coincidió hoy la visita de la secretaria de la Función Pública a esta Soberanía con una resistencia y obstinación para construir los acuerdos y consensos necesarios para que esta nueva Ley pudiera ser aprobada con el beneplácito de los Grupos Parlamentarios que están representados en esta Soberanía.

Dejemos constancia de un hecho: el Grupo Parlamentario del PAN no se opone, de ninguna manera, a la austeridad.

Las y los senadores del PAN tenemos como objetivo replantear las políticas de gasto público con la finalidad de que se gaste mejor y de manera racional; de que se presten servicios públicos de mayor calidad y más oportunos; y de que a través del gasto público se impulse y se promueva el crecimiento económico equilibrado y el desarrollo social; así está expresado en nuestra plataforma electoral.

Pero no nos engañemos, ni permitamos que se engañe a la sociedad mexicana, esta Ley de Austeridad no busca los objetivos que señalé, porque para garantizar la eficiencia en el ejercicio del gasto público se requiere usar un bisturí y no un machete de carnicero, se requiere sustentar las propuestas legislativas en datos duros y no en el lugar común que se ha vuelto el apelar a los 30 millones de votos.

La austeridad es una política pública, no un discurso vacío, ni una propaganda de gobierno a la que se le deba poner el pegote de “Republicana” solo para coincidir en el discurso de comunicación política presidencial.

Por estas razones que he señalado y porque las condiciones políticas que prevalecen muestran que no hay un verdadero interés por discutir a profundidad la racionalidad del gasto público ni tampoco hay interés en construir acuerdos que permitan consensos para acompañar estas propuestas legislativas, el Grupo Parlamentario del PAN votará en abstención este Dictamen.

Es cuanto, senadora presidenta.

ooOoo

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