Intervención del senador Marco Antonio Gama Basarte durante la comparecencia del secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, ante la Comisión del ramo.
9 de abril de 2019
Versión de la intervención del senador Marco Antonio Gama Basarte durante la comparecencia del secretario de Comunicaciones y Transportes, Javier Jiménez Espriú, ante la Comisión del ramo
Gracias.
Con su venia, presidente.
Compañeras senadoras y compañeros senadores.
Ingeniero Javier Jiménez Espriú, titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, sea usted bienvenido al Senado de la República; asimismo como todos sus funcionarios, el ingeniero Carlos Alfonso Morán Moguel, bienvenido; ingeniera Salma Jalife, bienvenida; y también el ingeniero Eduardo González Ruiz, bienvenido; así como todos y cada uno de ustedes.
Gracias por atender la convocatoria que hemos hecho para llevar a cabo esta comparecencia, que estaba ya aplazada y tener, por supuesto, la oportunidad de discutir los temas de mayor trascendencia en materia de comunicaciones y transportes.
Estoy convencido de que, a pesar de todas nuestras diferencias en la manera de apreciar, entender y resolver los problemas nacionales, en el fondo todos somos mexicanos que desean lo mejor para su país y que saben que lograrlo sólo será posible si entendemos que en la construcción del México del mañana estamos convocados los mexicanos del presente.
Por esta razón, afirmo que mantener una política social fuerte y responsable que apoye a los mexicanos que más lo necesitan es prioritario, pero para que esa acción pública sea efectiva es fundamental que los programas cuenten con reglas claras de operación y con objetivos puntuales, y para que sea sostenible es indispensable que se le abran las puertas a los empresarios y se les generen las condiciones a quienes están dispuestos a invertir en proyectos que cambian el rostro de la infraestructura y detonan el desarrollo nacional, como es por supuesto el gran ejemplo del Nuevo Aeropuerto de Texcoco.
Usted lo ha dicho, señor secretario, hoy nos encontramos ya en un galimatías aeroportuario -permítame la expresión-, puesto que hablamos del de Toluca, del de Santa Lucía y del Benito Juárez, pero no sabemos exactamente el rumbo que llevará la aviación en nuestro país.
Usted lo mencionó hace un momento: para desarrollar México, los mexicanos, y aquí, señor secretario, le digo con absoluto respeto, creo que rectificar no es un signo de debilidad, sino de fortaleza.
Sabemos que incluso en el equipo de trabajo del presidente de la República se escuchan voces que apelan a la sensatez y a la mesura.
Recordemos que en campaña el entonces candidato Andrés Manuel López Obrador sostuvo, en una reunión con consejeros regionales de Citibanamex, que estaría dispuesto a concluir las obras del Nuevo Aeropuerto en Texcoco, siempre que no se utilizara dinero público y una vez que revisara los contratos, para verificar que estaban libres de corrupción.
Posteriormente, ya como presidente electo, el 8 de octubre del año pasado reiteró que sabía de la existencia de inversionistas dispuestos a financiar el proyecto del nuevo aeropuerto hasta su conclusión, a lo cual él accedería siempre y cuando no se utilizaran recursos públicos.
Adicionalmente, a principios de este año, el 8 de enero, el titular del Poder Ejecutivo dio a conocer que no se interpuso ninguna denuncia por la presunta corrupción en la construcción del aeropuerto.
Derivado de estos hechos concretos es evidente que a las condiciones que se exigían como pre requisito para que pudiera concluirse el que ha sido considerado como el proyecto de infraestructura más grande de la historia, las condiciones están dadas y consideramos que retomarlo sería una decisión muy positiva, no sólo para México, sino para el mundo.
Repensar en esa posibilidad permitiría retomar el camino de la certeza, la cordura y la confianza, porque con la cancelación del nuevo aeropuerto comenzó el extravío que llevó a México a perder las expectativas de crédito y crecimiento económico que se tenían al inicio del actual gobierno.
Señor secretario Jiménez Espriú, sepa usted que los senadores aquí presentes, al igual que el presidente de la República o usted mismo nos interesa que a México le vaya bien. Y por eso hemos mostrado disposición para tomar acuerdos que sean en beneficio de la sociedad, tal como ocurrió con la propuesta de reforma constitucional sobre la Guardia nacional.
Confiamos, desde Acción Nacional, en que sea posible recoger estas ideas, que no tienen otro propósito que asumir la responsabilidad de ser oposición desde la convicción de que no sólo se trata de objetar lo inadmisible, sino también construir lo realizable.
Para concluir, me permito generarle también las siguientes preguntas: ¿puede adelantarnos el costo global de la obra del tren maya, las fases que comprenderá y cuáles serán los mecanismos que se habilitarán para poder cubrir las obligaciones financieras que se deriven de su construcción y cuál será el esquema que se empleará para su operación?
Asimismo, ¿quisiera saber si se podría proporcionarnos en el corto tiempo una copia del proyecto ejecutivo de la obra y la corrida financiera en todas sus etapas?
Asimismo, usted lo mencionó, “total transparencia a las obras y no podemos despreciar lo que podemos hacer los mexicanos”. Respecto a este tema le agradezco la información respecto de la compra de las 671 pipas como parte del plan de distribución y combate al robo de la gasolina que el gobierno federal emprendió.
A la fecha, por notas periodísticas, sabemos que al parecer no cumplen con la Norma 012SCT22017 sobre el peso y dimensiones máximas con las que pueden transitar por las vías generales de comunicación en nuestro país.
Sin embargo, aprovechamos su presencia para conocer los datos oficiales al respecto. ¿Cuánto costaron las 671 pipas? ¿Ya se encuentran todas en el país? ¿Cumplen con la NOM012 referente a pesos y dimensiones con las que pueden circular este tipo de vehículos? ¿Considera usted que es mejor que las pipas cuenten con las medidas de seguridad necesarias para su circulación o es mejor adecuar la Norma a las características que traen las pipas?
Por último, considero además conveniente el que podamos hacer el compromiso con usted de realizar una visita conjunta de quienes integramos esta Comisión a las obras del aeropuerto de Santa Lucía, de Toluca, del propio aeropuerto Benito Juárez para constatar precisamente los avances y saber por qué la Asociación Internacional de Transportes Aéreos, la IATA, había sostenido que no era lo mismo construir un aeropuerto civil que una base aérea y que dudaba de la capacidad técnica para hacerlo.
Asimismo, le agradezco sus comentarios respecto de lo que se manifestó al inicio de la administración del traslado de la propia Secretaría de Comunicaciones y Transportes a mi estado, a San Luis Potosí, donde por supuesto sería muy bien recibido.
Por sus comentarios, muchas gracias.
ooOoo