Intervención de la senadora Minerva Hernández Ramos, al presentar una iniciativa por la que se expide la Ley de Presupuesto General de la Nación, Eficiencia en el Gasto Público y Austeridad Republicana
Con su venia, senadora Presidenta.
El Presupuesto de la nación es la columna vertebral que sostiene la acción del gobierno en materia de gasto y de crecimiento. A través del ejercicio adecuado y eficiente de los recursos públicos, el gobierno de nuestro país puede transformar la realidad social y atender las necesidades de la población asegurándoles niveles mínimos de bienestar.
Conscientes de esta situación, todas las agendas legislativas de los grupos parlamentarios aquí presentes, coinciden en que el gasto público requiere de mayores controles, de mayor transparencia, de mayor rendición de cuentas y de menores dispendios y despilfarros.
Incluso hace apenas tres semanas, en la Cámara de Diputados, en virtud de la convocatoria de los diputados presidentes de las comisiones de Hacienda y de Presupuesto, se llevó a cabo el Foro entre Legisladores en Materia Hacendaria –se llamó–, donde además de que estuvieron presentes diputados y senadores de todas las fuerzas políticas representadas en el Congreso, también participaron legisladores locales, académicos, expertos de la sociedad civil organizada y funcionarios públicos, lo que permitió enriquecer el análisis sobre los problemas relacionados con el gasto público y sus alternativas de solución.
En este foro y en otros ejercicios similares en que se ha analizado el gasto público de México, se ha coincidido en el diagnóstico, en el señalamiento de los problemas presupuestales del país, entre otros, en el planteamiento de una mejor distribución del gasto federalizado y en la eliminación de las reglas discrecionales que hoy lo aquejan; en transparentar los fideicomisos, así como los fondos de los Ramos 28 y 33, donde hay severos problemas de opacidad; en la priorización efectiva del gasto social sin menoscabo de su eficiencia y su equidad; en el establecimiento de un padrón único de beneficiarios que permita identificar y focalizar los apoyos gubernamentales, así como simplificar su proceso de entrega; en la racionalización del gasto en comunicación social y la reducción en gasto corriente que no representa beneficio al país, como los viáticos, convenciones y gastos de representación; en adelgazar la estructura burocrática, siempre que se trate de evitar la duplicidad de funciones y en la eliminación de plazas que no tienen una justificación sustantiva.
Así, es evidente que México requiere que su normatividad presupuestal y de gasto público sea un instrumento jurídico dinámico, que tenga una actualización constante en virtud de que los entornos económicos, externos e internos, no son estáticos.
Senadoras y senadores, el marco jurídico presupuestal que está vigente ya ha sido superado con creces por la realidad política y económica del país.
Hace casi 13 años que el Poder Legislativo se dedica a ponerle “parchecitos” a las leyes que rigen el presupuesto, que en lugar de agarrar al toro por los cuernos y entrarle de frente y de lleno a la discusión de las finanzas públicas de este país y del precario equilibrio entre los ingresos y gastos públicos, el Congreso ha legislado con visión de corto plazo cuando lo requerido era hacer una planeación estratégica y prospectiva.
México requiere y necesita que hagamos una cirugía mayor, una reforma de gran calado a la ley presupuestaria. Ya han transcurrido otras Legislaturas que han obviado esta importantísima discusión. Nos corresponde a nosotros, a esta 64 Legislatura, dentro del contexto del cambio en el gobierno y en el inicio de su llamada cuarta transformación, establecer en las leyes las modificaciones necesarias para que el presupuesto de la nación permita que los mexicanos alcancemos el ideal constitucional de democracia: un sistema de vida basado en el constante mejoramiento económico, social y cultural.
Compañeras y compañeros, atendiendo a la alternancia democrática formalizada el 1º de diciembre, tenemos que transitar de una época de reformas a una reforma de época, y hoy se nos presenta esta posibilidad en materia de presupuesto y gasto público.
Por eso, en conjunto con el senador Rafael Moreno Valle y a nombre de las senadoras y senadores del Grupo Parlamentario de Acción Nacional, proponemos expedir una Ley de Presupuesto General de la Nación, Eficiencia en el Gasto Público y Austeridad Republicana.
Como país, requerimos establecer claras medidas de austeridad, de rendición de cuentas y de un control efectivo que combata la corrupción en materia del gasto. Este es el momento para impulsar una nueva generación de normas en materia de transparencia y responsabilidad hacendaria.
Hago un llamado a los coordinadores de los grupos parlamentarios del Senado, y al gobierno electo, para que asumamos el compromiso de aprobar e instrumentar esta reforma necesaria para México, que incidirá en mejores niveles de eficiencia y bienestar, haciendo prevalecer el interés superior de nuestro país y de los mexicanos.
Esta iniciativa, debo decir, implicó varios meses de trabajo y cuenta con la opinión de la Auditoría Superior de la Federación, de la sociedad civil, y recoge diversas propuestas de senadores y diputados de la 62 y 63 legislaturas, de prácticamente todos los grupos parlamentarios.
Es cuanto, senadora Presidenta.
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