Discurso de la senadora Kenia López Rabadán, en el “Homenaje a Digna Ochoa Plácido. A 17 años de su ausencia”
Gracias. Sin duda es extraordinario poder tener este ejercicio que, como bien comenta el senador Álvarez Icaza, forma parte de un esfuerzo plural de la Comisión de Derechos Humanos.
Ojalá y esta primera etapa, querido Emilio, gracias por supuesto al senador Salgado y a la senadora Nestora Salgado, que por cierto caí en cuenta que tiene el mismo apellido, efectivamente, hace rato, gracias por estar aquí y por supuesto agradecer de manera muy particular este acompañamiento, Pilar, y por supuesto agradecer también a Fray Julián, que además escucharlo es esperanzador, muy esperanzador, esta visión de género que pudimos oírle hace unos minutos, Fray Julián es verdaderamente extraordinario, tener esa lucidez para hablar sobre la igualdad de género y las cuestiones que nos compartió hace un rato, yo lo escuchaba y estaba maravillada porque pensaba que justo con esa visión, esa visión de igualdad, esa visión de reconocer a las mujeres en su esfuerzo y quizá a veces en su doble esfuerzo, como seres humanos y en el ámbito digamos muchos temas culturales, sociales, económicos, educativos, en fin, que pareciera se genera un segundo esfuerzo a propósito de ser mujeres, se agradece por supuesto las palabras.
Yo quiero decirles que la Comisión de Derechos Humanos es una comisión plural, que es una comisión integrada, literal como lo ven en esta mesa, con visiones y con partidos distintos y/o sin partido y que justamente eso es lo que la hace fuerte, sólida, yo diría hasta que nos permite pensar que las discusiones aquí no solamente van a tener un tinte partidista, que se entendería porque formamos parte de partidos políticos, sino algo más allá y algo superior que tiene que ver con la defensa de los derechos humanos, el respeto a los derechos humanos, eso que desde la persona que está en la esquina hasta nuestra extraordinaria maestra de ceremonias o quien nos acompaña coordinando este evento, a todos nos iguala, que son ocuparnos por los derechos de los demás y de las demás.
Y entonces, estar en este digamos evento, que por cierto sería el primer evento de la comisión, nos hace pensar que podemos en el esfuerzo de Digna Ochoa, en la vida, en la historia, en el esfuerzo diario, en la disciplina, esta es digamos, leer su vida y entender su vida y conocerla a propósito hasta de esta disciplina de estudiar y después no solo de estudiar, además de, como bien se decía aquí, de buscar los casos más complejos para ser ella quien los defendiera y entonces encontrarlos en los escenarios que el senador Macedonio nos podía relatar.
Me parece que nos hace pensar que esa misma lógica tiene que tener hoy un mejor presente y un mejor futuro. Tenemos un, por supuesto, instrumentos que nos permiten pensar que así va a ser, el mecanismo de protección para las y los defensores nos hace creer que podemos tener un mejor escenario, y si no lo tenemos, tenemos que construirlo.
Hoy, una mujer que garantía del Estado, de las instituciones, porque ya de suyo es un trabajo difícil, ya de suyo tomar esa decisión de vida, de dedicarte a defender al otro o a la otra no es fácil, es muy complejo y además que el Estado no te respalde, no te acompañe, no te cuide, no te provea de las herramientas que necesitas, me parece que sería una gran claudicación de las instituciones.
En México tenemos tres grandes vertientes: el Legislativo, que es lo que nos toca, es nuestro trabajo es venir y proponer leyes que generen eso, que generen certeza, que generen la posibilidad de trabajar en mucho mejores condiciones.
El Ejecutivo, quien dirigirá la parte ejecutiva de este país, me parece que debe de tener una gran responsabilidad de generar las políticas públicas, para eso que Nestora ha dicho, defendámoslo, que haya un presupuesto, que haya políticas públicas, que haya instituciones gubernamentales en donde podamos todos saber que el hilo conductor de los derechos humanos y mejor aún, de quienes defienden los derechos humanos, desde las instituciones está haciendo bien.
Y por último, el Judicial, y a mí me parece que también ahí debemos de poner énfasis. Pensar que Digna en términos jurídicos, en términos de abogada o cualquiera de nosotros que esté aquí en términos de derecho, acude a un Ministerio Público a que se integre una carpeta de investigación, acude a un juez, digamos a un Magistrado, a la Corte misma, acude a esas instancias porque lo que espera es que haya un sistema legal y un Estado de derecho que le dé un buen fin, y hoy recordemos su nombre para buscar eso, para buscar lo que necesariamente ella, desde sus herramientas, con su personalidad, con sus circunstancias de vida, con sus circunstancias familiares, y de su propia historia intentó hacer cada uno de los días de su vida.
Yo solamente quiero decirles: la Comisión de Derechos Humanos, espero que para ustedes sea un punto de trabajo, un punto de conciliación, un punto de esfuerzo compartido para lograr lo que entiendo para todos aquí es importante, y es que los derechos humanos en México se respeten.
Hoy decíamos en la mañana, al mediodía, que Emilio, el senador Emilio Álvarez Icaza nos hizo favor de convocar a una conferencia prensa, no obstante vivan o transiten por este país, y estoy hablando específicamente de la caravana de migrantes, quienes también tienen el mismo derecho que cualquiera de nosotros, porque sus derechos humanos sean respetados, porque no podemos pedirle a los vecinos de Estados Unidos que nos traten bien a los mexicanos si nosotros no tratamos bien a los centroamericanos o a quienes lleguen a nuestro país, por muchísima circunstancias que abordaremos –por supuesto– a futuro en la comisión, a propósito de un desplazamiento.
Yo quiero decirte Emilio, muchas felicidades, hay que reconocer el esfuerzo que tuviste como Presidente de la Comisión de Derechos Humanos para este, digamos que esta investigación no quedará en la verdad institucional, porque la verdad institucional en aquellas épocas –como se ha dicho aquí– fue dolorosísima.
La verdad institucional o lo que dijo de un suicidio y después de la historia que además ha sido bastante gráfica, pues duele, ¿no? Duele porque más allá de un tema de partidos y más allá de un tema de personas o de en aquel momento quién era el procurador General de Justicia del Distrito Federal, más allá de eso, el tema es que no se pueden permitir verdades institucionales como esa y qué bueno que no la permitiste; qué bueno que no lo permitiste, porque así esas irregularidades– tú comentas 34–, han permitido que se siga creyendo que vale la pena acudir a otra instancia y a otra y a otra y a las que sean necesarias, para que la verdad institucional no se vuelva la verdad de los hechos.
Hoy que tanto hablamos de comisiones de la verdad y de la verdad histórica, me parece que lo que necesitamos todos entender es que solamente la verdad es una y no se puede tergiversar ,y cuando se intente tergiversar, haya seres humanos que reclamen buscar una verdad sobre los hechos, así es que para todos, evidentemente en la comisión, será un gusto tenerlos y tenerlas aquí durante estos próximos años trabajando de la mano, trabajando en conjunto, entendiendo todos que tenemos un hilo conductor –como ya les dije– no importando partidos políticos y no importando, por supuesto, nada más allá sino el respeto y la lucha por los derechos humanos.
Muchísimas gracias por la invitación.
ooOoo