jueves, abril 25, 2024

Senadora Alejandra Noemí Reynoso Sánchez, al presentar iniciativa con proyecto de decreto que reforma el artículo 59 de la Ley Federal del Trabajo

 

 

 

Versión de la intervención en tribuna de la senadora Alejandra Noemí Reynoso Sánchez, al presentar iniciativa con proyecto de decreto que reforma el artículo 59 de la Ley Federal del Trabajo

Con su permiso, Presidenta.

Buenas tardes, compañeras, compañeros.

En Acción Nacional sabemos que el trabajo es medio fundamental para la realización del ser humano y la satisfacción de sus necesidades.

Estamos convencidos de que la política laboral en México debe garantizar el pleno derecho de las y los trabajadores.

En México, al igual que en el resto de América Latina y en los países de otras regiones del mundo, se está enfrentando un cambio de paradigma que se expresa en una transformación de los roles al interior de la familia. Esto último, asociado, sin duda, a la incorporación de la mujer al mercado laboral.

Durante la mayor parte del siglo pasado, el trabajo se organizó sobre rígidos roles de género que ya no corresponden a lo que ocurre actualmente.

Hoy podemos constatar que la interacción entre la esfera laboral y familiar ha cambiado de manera dramática y decisiva. Existen hoy tensiones en un considerable número de familias, así como en los centros laborales, asociadas a los cambios de la organización del trabajo y estas tensiones están generando consecuencias negativas para quienes cuentan con responsabilidades familiares y para las personas que requieren de cuidados, cómo los niños, las niñas, los adolescentes, las personas adultas mayores, personas con alguna discapacidad, pero también generan altos costos de productividad para las empresas.

No es posible enfrentar la exclusión social y la desigualdad y la pobreza si no se aborda al mismo tiempo y con la misma energía la sobrecarga de trabajo de quiénes son responsables de una familia, especialmente de las mujeres y la falta de espacios ocupacionales para esas personas.

La conciliación entre la vida laboral y familiar es una de las mayores dificultades que enfrentan las mujeres y los hombres en México.

La falta de una distribución equilibrada del trabajo doméstico y la consiguiente sobrecarga de quehaceres y de cuidado en las mujeres genera también consecuencias negativas para las familias.

Éstas expresan mayores dificultades para proporcionar una atención adecuada a los menores, adultos mayores, enfermos; se priva a los hombres de participar activamente de la crianza de sus hijos y del cuidado de sus familiares, minimizando sus lazos afectivos y su desarrollo integral.

Lo que se requiere, entonces, es que esta conciliación entre la vida laboral y la vida familiar, así como la corresponsabilidad social en las tareas del cuidado en donde se involucre a los padres, al Estado, a la empresa y a la sociedad, formen parte de las políticas y de los programas sociales del Estado.

A la hora de diseñar e implementar medidas de conciliación, de balance entre trabajo y familia se debe de apostar a mayores grados de equidad y democratización de las tareas. Se trata de garantizar el derecho tanto de hombres como de mujeres a un trabajo remunerado sin tener que renunciar por ello a una vida familiar.

Hoy más que nunca es necesario promover políticas y acciones que logren este balance entre la familia y el trabajo, que propicien la igualdad y la equidad en las responsabilidades familiares y que favorezca el trabajo de quienes cuenten precisamente con estas responsabilidades.

En ocasiones es muy común encontrar que las políticas de conciliación implican elevados costos que se debilitan, al compararlos con los beneficios a mediano plazo, de su implementación.

La ampliación de las capacidades y de oportunidades productivas por medio de políticas conciliatorias permite también la creación de trabajos dignos.

Para las empresas, las tensiones entre la vida familiar y laboral significan menores rendimientos por el limitado desempeño de los individuos, imputables al estrés, a la insatisfacción, a la fatiga, expresados en muchos casos en la falta de un compromiso, en el ausentismo laboral o en inestabilidad. La rotación de personal incrementa los costos de especialización, de reclutamiento y de inducción.

En la Ley Federal del Trabajo se hace sólo una mención de las responsabilidades familiares en todo su articulado. Las enuncia junto con el origen étnico, género, condición social, religión y otros motivos más por los que un trabajador o trabajadora no debe de ser sujeto de discriminación, diferencias o exclusiones.

Las políticas de conciliación con responsabilidad son prácticamente inexistentes en nuestro país, de ahí la necesidad de iniciar un proceso de debate público respecto a estas políticas.

Hoy, con esta iniciativa que presentó a nombre de mi Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional, damos paso a lo que estaremos presentando para lograr, entre otras cosas, guarderías en las empresas, centros comunitarios, deportivos y educativos que complementen la formación de habilidades de los niños y adolescentes, en tanto sus padres se encuentren laborando, jornadas flexibles de trabajo, banco de horas, el reconocimiento del teletrabajo en México, entre otras cosas que buscan justo incentivar la implementación de estas prácticas, que logren el balance entre la vida familiar y laboral en los centros laborales con los generadores de empleo.

Debatir estos temas es indispensable para posicionar en la agenda gubernamental las implicaciones, las tensiones y los dilemas que enfrentan las y los jefes de familia.

Señor Presidente electo, permítame decirle desde esta tribuna que los funcionarios que usted pretende que amplíen su jornada laboral a los sábados también tienen familia, no prive a sus hijos, a sus hijas de ese tiempo que les corresponde a la familia.

Trabajar más días no significa ser más productivos o más eficientes, sin embargo, sí implica mayor gasto para las dependencias y, sin duda alguna, un mayor gasto para las economías de las familias.

Se trata entonces de plantear como prioridad la intervención gubernamental con la finalidad de convertir el balance trabajo-familia con corresponsabilidad social en objeto de política pública.

De igual manera, es importante incluir en este debate la idea promovida por la Organización Internacional del Trabajo en torno a la doble capacidad de la conciliación y de los cuidados como generadores de empleo y como proveedores también de protección social.

Específicamente, esta iniciativa que hoy presentamos pretende introducir como un criterio general y que se considere en los acuerdos de las jornadas laborales y sea el centro también el balance entre la vida laboral y familiar.

Conciliar la vida laboral y familiar, sin duda alguna, nos va a repercutir en mejores condiciones,  sociales, económicas y, sin duda, esto ayuda a la reconstrucción del tejido social, a la construcción de la seguridad y también al fortalecimiento de la familia en nuestro país.

Muchas gracias.

 

ooOoo


 

 

 

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